La familia Shelby está al frente de los Peaky Blinders, una banda que vive del negocio de las apuestas y de "proteger" a sus vecinos por un módico precio en la ciudad industrial de Birmingham. Un golpe de suerte (buena o mala) hará que la tensión llegue a sus calles y la lucha por el poder lleve la sangre al río. La serie, que tiene una estética a veces casi de videoclip, ha sido renovada para una tercera temporada. Veremos lo lejos que pueden llegar Tom y su familia.
Birminghan. 1919. La Gran Guerra acaba de terminar y esta ciudad inglesa, uno de los motores de la industria británica, vive su particular guerra de poder entre las bandas, como la de los Peaky Blinders, la policía local, que tiene poco que hacer, y la autoridad central, que llega a la ciudad para poner orden, o al menos para intentarlo.
Thomas es el segundo de los hermanos Shelby, una familia irlandesa con bastante poder en la ciudad. En realidad el mando de la familia correspondería al mayor, a Arthur, pero es Tom el que tiene la cabeza mejor amueblada. Durante años, quien ha llevado la batuta del negocio familiar ha sido la tía, Polly, al menos mientras sus sobrinos luchaban en el frente, en Francia, pero ahora los hombres han recuperado el bastón de mando y toman las decisiones, y están llenos de ambición y ganas de meterse en problemas.
La banda de los Peaky Blinders existió en la realidad. Se los llamaba así por llevar cuchillas cosidas a sus gorras con las que cegaban a sus contrincantes antes de darles una buena paliza. Eran realmente brutos, probablemente tanto como los de la ficción. En este caso, los protagonistas vienen con los traumas propios de haber participado en la guerra. Esta cuestión está siempre presente y marca la manera de actuar de los personajes.
Las escenas a veces tienen una estética de vídeo-clip que hipnotiza, los escenarios y tomas son de postal, el ritmo está marcado por los silencios del protagonista, acompañados por la música guitarrera y anacrónica que, extrañamente, encaja con lo que nos cuentan, y la violencia explosiva, sin concesiones, remata la paleta de colores usada por su creador, Steven Knight, guionista que estuvo nominado al Oscar por 'Dirty Preatty Thing'.
La serie se ganó la renovación para una segunda temporada, primero, y para una tercera, después, manteniendo sus personajes más potentes, esa estética cruda y una banda sonora muy peculiar. Ya me diréis qué os parece.
(Entrada Actualizada: 08/11/2014)