Como hace tiempo que no registro entradas gastronómicas, lo hago hoy de manera rauda proponiendo tomar un pollo como víctima para una vez desprovisto de pechugas, o sea, despechugado, hacerlas “al estilo mozárabe” (?), una manera harto sencilla de prepararlas como enseguida verán.
Realmente, desconozco el porqué de esa precisión del momento histórico-temporal, quiero decir ¿por qué a la mozárabe y no a la almohade, la mudéjar o la almorávide? En fin, chorradas intrascendentes frente a lo que hubiera sido mi verdadero deseo, entretenerme con la pechuga de una moza árabe antes que con este pollo mozárabe. Mas imposibilitado de lo primero, iremos al turrón y comenzaremos la receta…
Sólo resta esperar a que el guiso, a fuego muy lento, reduzca los fluidos, ayudándolo si es necesario con una puntita de maicena. El resultado, acompañado el pollazo de un arrocito al curry y una litrona de Cruzcampo, es tal el que se muestra en la espectacular imagen final. Los niños de mi casa e incluso la dueña de la misma, quedaron muy contentos. Servidor de ustedes no tanto, la verdad, y no porque hubiera salido mal el experimento sino que a mí estos dulzores exóticos, psch, psch, psch, me parecen algo excesivos.