El secreto es tener las pechugas a remojo. Te cuento… les haces unas cruces en la parte de arriba sin llegar a trocearlas, y las dejas cubiertas de leche toda la noche. Ahora vamos a asarlas, pero antes rellenaremos sus cortes con miel, el zumo de un limón y algo de pimienta negra molida. Haz esta mezcla y pinta las pechugas, rellenando sus cortes. Al horno unos 10 minutos, le das da vuelta, y echa de nuevo parte de esta mezcla sobre ellas. Diez minutos más y ya tienes tus pechugas, muy tiernas y diferentes. Ok? Puedes acompañar el plato con algo de puré, o arroz blanco, por ejemplo. Qué aproveche!