INGREDIENTES
-1 pollo troceado-1 pimiento rojo grande-1 pimiento verde grande-1 cebolla grande-4 dientes de ajo-4 tomates maduros-250 ml de vino blanco-100 g. de jamón serrano-Aceite de oliva virgen suave-Sal al gusto
ELABORACION
En una sartén grande añadimos un chorro de aceite de oliva generoso. Pelamos dos dientes de ajo y los añadimos a la sartén para que doren. Cuando cojan color los retiramos, sólo queremos que nos deje el sabor.Limpiamos el pollo, quitándole la piel y el pelo que les pueda quedar. Le añadimos un poco de sal y los ponemos en la sartén donde hemos dorado los ajos. Lo freímos a fuego vivo pero con paciencia, tiene que quedar dorador, pero no quemado. Una vez dorado lo retiramos de la sartén y lo reservamos.Pelamos y cortamos la cebolla en juliana y picamos los ajos. En una cacerola grande añadimos un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra. Ponemos a pochar la cebolla y el ajo a fuego medio, con cuidado no se queme el ajo.Lavamos y cortamos en tiras los pimientos y añadimos a la cacerola cuando la cebolla adquiera un tono dorado. Lo dejamos pochar todo junto. Pelamos y cortamos en tacos los tomates.Cuando los pimientos estén al dente, añadimos el jamón previamente troceado. Lo rehogamos un par de minutos y a continuación añadimos el tomate. Dejamos que se cocinen todos los ingredientes juntos durante 6 o 7 minutos a fuego medio – bajo. Removemos para que no se agarren al fondo.Incorporamos el pollo y vertemos el vino blanco. Agitamos la cazuela para que encaje bien el pollo y se reparta la salsa. Dejamos que se cocine todo a fuego medio-bajo unos 7 u 8 minutos.Un truquillo que yo utilizo a veces es añadir una ramita de romero o tomillo al guiso. Ese toque le da un punto de pollo de campo que me encanta. Si fuera necesario añadiríamos un poco de agua para que no se quede muy seco el guiso.Opcionalmente y como consejo de madre, si te gusta mucho mucho la salsa, puedes añadir un vaso de agua tibia (además del vino) con una cucharadita de almidón de maíz o maicena. La disolvemos en el vaso con un tenedor y antes de tapar cazuela. Luego cuando el pollo esté listo, reducir sólo la salsa hasta conseguir el espesor deseado y después volver a incorporar el pollo.Cuando la salsa haya reducido (sin quedar seco) rectificamos de sal si es necesario. Retiramos el pollo del fuego, emplatamos y servimos caliente. El resultado es una carne de pollo gustosa, jugosa y de mojar pan...Que aproveche
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