Mi amiga Cristina me comentaba, el otro día, lo aburrido que le resultaba comer pechuga de pollo.
La verdad es que es un comentario muy extendido y que me sorprende ya que para mi es una carne con muchas posibilidades y, además, “agradecida”, ya que con muy poco podemos conseguir platos sabrosos y jugosos con escaso esfuerzo.
Aquí tenéis una receta que cumple todos los calificativos enunciados anteriormente menos el de aburrido.
Ingredientes:
2 pechugas de pollo cortadas en tiras.
1 zanahoria
1 cebolla pequeña.
1 cucharada pequeña de Mostaza al Estragón.
150 ml. Vino blanco
1 hoja de laurel y pimienta molida.
Preparación:
En una sartén con 2 cucharadas de aceite, doramos las tiras de pollo por ambos lados.
Reservamos.
En la misma sartén, rehogamos la cebolla cortada en juliana muy fina y la zanahoria en cuadraditos pequeños. Dejamos hacer, tapada y a fuego muy lento, 5 minutos.
Añadimos el laurel, el vino, ½ vaso de agua, la cucharada de mostaza y pimienta.
Mezclamos bien a fuego fuerte y…
después de un par de minutos introducimos la carne de pollo y dejamos hacer 10 minutos. Los 2 primeros minutos a fuego fuerte y después bajamos la intensidad.
Mi recomendación es acompañarlo de patatitas cocidas. Su sabor suave acompaña perfectamente a la salsa de mostaza.
¡Espero que os guste!