El propio Presidente lo ha dicho: nos explicaremos mejor. Espero que sea verdad, porque falta nos hace. Con Alfredo (permítaseme la confianza) como Portavoz y Ramón en Presidencia parece una misión relativamente sencilla. Éste, el regreso de Jaúregui, me parece especialmente relevante pues, sin menoscabo de su excelente trabajo en Bruselas, siempre he sentido esta distancia como una importante pérdida para la política nacional. Bienvenido sea. Al igual que Valeriano, llamado a reconducir hacia senderos más pacíficos las turbulencias vividas en el contexto laboral. O la llegada de Rosa, con la mirada puesta en la izquierda; o la entrada de Leire que, probablemente, se convierta en la nueva diana de la derecha (aunque en este reparto de bofetadas Rubalcaba ya está recibiendo lo suyo, cosas del miedo que les ha debido entrar en el cuerpo, supongo). Y ésta, quizá, sea la lectura negativa de todo lo sucedido, porque han sido las mujeres que han sufrido con mayor encono e injusticia los ataques de la derecha política, mediática y religiosa, especialmente personificados en María Teresa y Bibiana, quienes finalmente han sido relevadas.
Y mientras tanto, el Sr. Rajoy a lo suyo, a su particular raca-raca. Que si los músicos, que si el director, que... que le han pillado en mal momento, vamos. Demasiadas malas noticias en tan poco tiempo: los presupuestos aprobados (con paliza moral incluida a cargo de la ministra), el gobierno canario al garete y ahora esto. Si ya se lo están diciendo aquellos que le quieren: "Mariano, échate a dormir y no despiertes hasta 2012".