La lluvia, el frío extremo o los fuertes vientos son factores que pueden arruinar nuestros entrenamientos en invierno, llegando a impedir la correcta realización del ejercicio y la pérdida de una rutina que hasta entonces se había mantenido intacta. Los ciclistas profesionales conocen la importancia de la pre-temporada para ganar las competiciones, y saben aprovechar los meses de diciembre, enero y febrero. El ciclista, qué duda cabe, se encuentra expuesto a todo tipo de factores meteorológicos adversos, que, si hace años suponían el cese de la práctica, hoy, gracias a las nuevas y avanzadas prendas deportivas de que disponemos, ya no son un obstáculo tan grande. Para esto hay que estar preparado, y conocer bien el repertorio del que se dispone para cubrir las distintas zonas del cuerpo y lograr un aislamiento idóneo. Por supuesto, también es importante conocer los propios límites de uno. Pero, ¿cuál es la indumentaria adecuada para pedalear en invierno?
La ropa interior o primera capa
Vestirnos con varias capas de ropa resulta esencial para soportar el frío durante los entrenamientos, contando si es posible con prendas interiores de prolipropileno, dado que estas tienen una baja conductividad del calor, conservándose la temperatura alta en contacto directo con la piel. Además, es importante que absorban la humedad para evitar que el sudor se expanda y genere una sensación incómoda que obstaculice los movimientos. El tetracloruro de polivinilo también tiene propiedades aislantes adecuadas para este fin. Si se prefiere prescindir de fibras sintéticas, también se puede optar por la lana. Es importante, para cualquier prenda interior, que sea elástica para que proporcione un ajuste óptimo a la piel.
Segunda capa
Las prendas exteriores o tercera capa
Es recomendable asimismo cubrir todas las zonas expuestas del cuerpo, por ejemplo con unos guantes térmicos impermeables para las manos y unos cubrebotines cortaviento en los pies. Para la cabeza, se puede usar un pasamontañas de polipropileno o lana.
Algunos consejos
Es importante mantener unos hábitos físicos con disciplina. Antes de empezar, conviene realizar un pre-calentamiento de todo el cuerpo, incidiendo sobre músculos y articulaciones con estiramientos en un espacio cerrado. Existen, además, para quienes les cueste entrar en calor, todo tipo de geles y cremas de efecto térmico, pensadas para potenciar el calor durante los preliminares del entrenamiento. Una vez sobre la bici, para combatir rápidamente el frío durante los primeros tramos, un secreto de los expertos es subir los piñones un poco, dado que así pedalearemos más rápido.
En cuanto a la indumentaria, aparte de lo dicho en los párrafos anteriores, no debe faltar nunca una buena camiseta térmica, idónea para secar el sudor, y para los casos de frío más extremo no está de más equiparse con unas plantillas térmicas en los pies.