Al igual que me falta la música en la calle,
me faltan tus besos por las mañanas en el hueco que hace mi cuello con tu sonrisa al despertar.
Me faltan las grandes avenidas,
como cuando echo en falta que me mires mientras me dejo llevar en el coche al cantar.
En este momento no te tengo a ti ni tampoco tengo un lugar, con todo, intento recoger pequeños pedazos de aquello que se deja caer a mi alrededor en forma de piezas que me ayudan a completar aquello que me va faltando.