Bastien González nos desvela el paso a paso de una pedicura deluxe. Y sí, es compatible con unos tacones de vértigo.
Dicen las personas que han trabajado codo con codo con él que hay unas cuantas celebrities tan devotas de sus bondades que han puesto un avión privado a su disposición (a la de Bastien, claro) para hacerse una pedicura con él, estuvieran donde estuvieran. Él, sin embargo, cuando se le pregunta por el nombre de alguna de las celebs con las que ha trabajado responde –con tanta elegancia como inteligencia– que son “so many!” (¡muchas!), sin desvelar el nombre de ninguna de ellas. Que, al fin y al cabo, esto también vale.
Porque Bastien González, apodado por muchos como Mr Happy Feet, no es famoso por las socialités que han reclamado sus servicios (que también), sino por su filosofía de trabajo. Porque considera que las mujeres abusamos de las lacas de uñas porque “queremos ocultar imperfecciones”, porque bromea con la importancia de un buen masaje de pies al final del día –“Cuando una mujer se casa debería firmar un contrato mediante el cual el marido se comprometa a darle un masaje en los pies cada noche”– y porque sentencia, rotundo, “que la mejor manicura es la que nunca se ha hecho”.
Sus tips son tan razonables que llevarlos a cabo con disciplina es casi una obligación. “Si eres buena chica, deberías hacerte una pedicura una vez en tu vida”, sentencia. Y añade: “Siendo más realistas, cada seis semanas”, puntualiza cuando le preguntamos por la importancia de este ritual cuyo paso a paso nos desvela con auténtica devoción. Y falta nos hace. “En España he conocido a mujeres muy bellas pero con unos pies malos, fundamentalmente porque no sabían qué hacer, cómo tratarlos”, nos cuenta al tiempo que alaba nuestra disciplina con las rutinas de belleza, con permiso de las rusas, quienes, afirma, son las que mejor cuidan sus pies. “Están obsesionadas con la pedicura perfecta”, dice.
Cómo llevar a cabo masajes en casa todas las noches, cómo exfoliar los pies, cómo tratar las cutículas y cómo elegir el tacón menos cruel para nuestros pies. Bastien Gonzalez nos desvela el paso a paso de una pedicura perfecta y definitiva. E insistimos en estos calificativos porque este francés con ascedencia española ha llegado a hacer 22.000 pedicuras en un año. Por algo le llaman virtuoso de los pies.
Un masaje, por favor. “La pedicura es una cura, no es sólo dar color a las uñas. Por eso, para mí, en una pedicura el paso más importante es el masaje”, afirma este francés con ascendencia española. Bastien define este gesto como “un placer que debes llevar a cabo cada noche cuando te vas a la cama” para recuperar en la planta de los pies ese volumen que amortigua el impacto de llevar tacones. “Basta con hacerlo durante 20 segundos con la mejor crema de pies”, nos cuenta.
Zonas conflictivas. “Es la piel la que protege nuestro cuerpo, no las callosidades”, nos cuenta. Por eso, la piedra angular de su masaje nocturno pasa por levantar la piel ligeramente y masajearla en la zona donde tenemos callos y durezas.
Torturas consentidas. El roce con los zapatos, sobre todo con los de tacón, acaba con un mal común y universal: la deshidratación de los pies. Para evitarlo, además de masajear uno por uno los dedos de los pies, Bastien insiste en la importancia de utilizar un esmalte transparente alrededor de las uñas para protegerlas antes de calzarte unos zapatos de tacón imposible.
Exfoliación: cómo y cuándo. Es otro de los rituales que recomienda con ahínco este francés. Eso sí, con condiciones: “Debe llevarse a cabo como máximo tres veces a la semana. Mi sugerencia es realizarla tras un largo baño caliente de 20 minutos, así se puede trabajar la piel más fácilmente. Y usa mejor un scrub en lugar de una lima, es menos agresivo. Además, el masaje ayuda a restaurar la elasticidad de la piel”, afirma.
Corta, no empuja. La eterna pregunta de si debemos cortar o empujar las cutículas Bastien la responde con rotundidad y vehemencia. “Nunca deben empujarse. Mejor cortar dos tercios si son muy largas”. Y añade otra recomendación: “Hidratarlas cada día con ungüento”.
La mejor manicura es… “la que nunca se ha hecho… Algunas son agresivas y se llevan a cabo sin pensar, solo ejecutando”. Lo mismo ocurre con las pedicuras, para las que la fórmula "menos es más" siempre funciona.
La forma deseada. Las tendencias mandan y, en ocasiones, dictan uñas larguísimas, fitties y con forma de media luna, mientras que en otras apuestan por la contención y por uñas cuadradas y cortitas. Bastien no se pronuncia al respecto –“La forma en que hay que limarlas depende del tipo de uña”, señala–, pero hay que limar la esquina de la uña en redondo, nunca cortarla. Eso es un gran error”.
Lacas. Nosotras creemos que damos color a nuestras uñas por seguir las tendencias. Bastien, en cambio, cree que lo hacemos para ocultar imperfecciones...Y puede que algo de razón tenga porque dice que el 72% de las féminas que se ponen en sus manos acaban obviando el proceso de dar color a sus uñas. Y va más allá, porque basándose en las 22.000 pedicuras que hizo el año pasado en su PediManiCure Studio, el 92% de las mujeres que se sometieron a su tratamiento prometieron dejar de pintarse.
Es justo y necesario. “¿Cuánto tiempo mantienes el maquillaje en tu rostro?”, me pregunta el gurú cuando hablamos de esmaltado de uñas. Y es que Bastien equipara el uso de las lacas casi al del maquillaje, recomendando retirarlo pasados tres días. “No me importa que os pintéis las uñas, pero pasado este tiempo el pigmento del color empieza a dañar la uña. Retíralo, usa un ungüento como mascarilla toda la noche y al día siguiente píntalas de nuevo”. Palabra de gurú.
Tacones sí, pero…”Puedes llevarlos todos los días (como hombre nunca diría que no a una mujer a la que le gusta ponérselos), pero intenta siempre que puedas estirar los dedos, contrayéndolos y empujándolos”, afirma. Y al llegar a casa, por la noche, mientras te lavas los dientes, Bastien propone otro ejercicio para aliviar la tensión que produce tener la pantorrilla estirada y el talón levantado. “Cuando te laves los dientes apoya tu pie en la pared y estira la pantorilla. En dos semanas notarás que te ayuda”.
El zapato que buscas. Si, de ahora en adelante, quieres comprar tus zapatos de tacón con cabeza, Bastien González resuelve así la fórmula del zapato perfecto: “Intenta que te guste el color, la forma, la talla… Más de seis centímetros de tacón es malo para los pies así que, al menos, asegúrate de que te sientas guapa con ellos puestos”, bromea.
En el agua…La última recomendación de este gurú vuelve a desmontar otro mito: el de la bondades de caminar sobre la arena de la playa. “Sólo es útil si lo haces en el agua, gracias a la abrasión de la arena. También es recomendable caminar con el agua hasta los tobillos, sobre todo para la circulación”.