“Busco a alguien que me dé la vida. La mía, se me ha hecho extraña, y parece que no me encaje. Como el zapato de la falsa cenicienta. Como la lengua de un país que nunca viste. Como el arcoíris que dibujase un ciego.”
Así reza tu anuncio. En contactos. No sé si te han llamado.
Pedir una vida se me hace demasiado.
Mejor, pide sexo, pareja, amistad.
Es una petición menos ambiciosa. Más pequeña.
Sólo un trocito. Un trocito de vida.Sigue leyendo