El periodista Jordi Évole lo expresó claramente:
"Viendo lo de Colón y lo de Andalucía de hoy, queda proclamado Pedro Sánchez como el Arsene Lupin de la política" …
Porque fue un fin de semana marcado por la manifestación de Colón contra los indultos a los políticos catalanes presos por el 'Procès' y las primarias del PSOE en Andalucía en las que Juan Espadas, el candidato de Pedro Sánchez, derrotó a Susana Díaz y Luis Ángel Hierro.
Arsène Lupin es un personaje de ficción francés creado por el novelista Maurice Leblanc. Este caballero ladrón era particularmente conocido por su talento para disfrazarse, maquillarse y asumir múltiples identidadespara cometer sus crímenes y resolver acertijos criminales.
Y, ciertamente, el talento de Pedro Sánchez como camaleón de la política está fuera de toda duda. Sabe sacar provecho de cualquier situación, por adversa que parezca.
El Coronavirus le ha permitido consolidarse en la Moncloa … a pesar de los muchos fallos cometidos.
No hay que olvidar que Rosa Díez ya recordó lo que le dijo Alfredo Pérez Rubalcaba:
“Cuando Sánchez empezó a despuntar como aspirante a la Secretaría General del PSOE, un reputado -y hoy añorado- dirigente socialista me lo definió con estas palabras: Es un impostor”.
Y este impostor es ahora calificado, años más tarde, como Arsène Lupin.
Evidentemente Alfredo Pérez Rubalcaba ya le había calado desde el principio.
Como cuando se propuso visitar directamente a las bases socialistas para prometer que volvería a encauzar el PSOE y llevarlo a la esencia socialista. Desgraciadamente, la cruzada socialista que hizo Pedro Sánchez para acabar con los Barones Socialistas ha quedado en un espejismo.
Aunque Bidenno le recibe, él sigue viajando a los Estados Unidos. Se quiere mostrar como un gran estadista gracias al problema de Afganistán … y se olvida de los problemas que tiene en casa. Siendo ¿Socialista? Mantiene la electricidad con un precio (un 70% de impuestos) que muchos españoles no pueden pagar …
Groucho Marx: "Claro que lo entiendo. Incluso un niño de cuatro años podría entenderlo. ¡Que me traigan un niño de cuatro años!"
Mark de Zabaleta