Entresacado del libro, dejo a continuación un pequeño, mínimo, resumen de la vida de Pedro Prado Mendizábal, a modo de anticipo de lo que Luis Miguel Cerdera nos relata a través de las 383 páginas de que consta su obra: "Bajo cinco banderas", Editorial Siníndice, ISBN: 978-84-17235-50.5. Un libro imprescindible por su rigor en cuanto a la vida de Prado, y también por las novedosas e inéditas informaciones que contiene en relación con la sublevación militar (1936) y la Guerra de España (1936-1939).
Pedro Prado Mendizábal nace en Lugo el 26 de junio de 1902, segundo hijo de Juan Prado López, comandante de caballería, y Esperanza Mendizábal Esparza. A finales de 1918 aprueba los exámenes de ingreso en la Escuela Naval Militar, el 10 de enero de 1920 ingresa en la Escuela Naval de San Fernando (Cádiz).
Durante su periodo de formación ya expresa su alejamiento del ambiente tradicional reinante en el Cuerpo General de la Armada, nos dice:
...En la Escuela Naval me eduqué en un ambiente de tipo aristocrático, religioso y de tradiciones reaccionarias. Ya en ella se manifestaron en mí el espíritu de rebeldía hacia todo ello, y mi negativa a formar parte de una expedición para ir a visitar el Papa durante un viaje de prácticas en Italia, me costó serios disgustos..
El uno de diciembre de 1920 llega a Guardiamarina, en sus prácticas embarca en el crucero "Reina Regenta", el crucero "Cataluña" y el acorazado "Pelayo". Ya como alférez de fragata presta servicio en el crucero "Carlos V" y en el acorazado "Alfonso XIII".
El 20 de marzo de 1924 es habilitado de alférez de navío, graduación a la que llega oficialmente el uno de septiembre del mismo año. Con esta graduación sirve en el "Almirante Lobo", el crucero "Reina Regenta", el acorazado "Alfonso XIII y el remolcador "Cíclope". En el periodo comprendido entre 1924 y 1926 participa en diversas operaciones de la campaña del Rif. En 1925 toma parte en el desembarco de Alhucemas. Es condecorado con la Cruz Roja del Mérito Naval, la Cruz Blanca del Mérito Militar y la medalla de África.
En 1926 es promovido como alumno de submarinos, dos años más tarde es ascendido a teniente de navío, sirviendo como tal en el buque de salvamento de submarinos "Kanguro" y en el submarino B-2. En 1926 embarca en el acorazado "Jaime I" con el cargo de Oficial de Derrota, del acorazado pasa al submarino C-4, donde presta servicio durante dos años, teniendo a su cargo los departamentos de torpedos, radio y electricidad. En el otoño de 1929 el C-4 participa en las maniobras llevadas a cabo en el Mediterráneo y el Cantábrico, Pedro Prado está a bordo. En junio de 1931 es nombrado segundo comandante del submarino B-2, contaba 29 años.
Su ideología izquierdista le lleva a conseguir en 1931 la confianza del ministro de Marina, José Giral. Prado colabora activamente en las reformas emprendidas por la República en relación con la Marina de Guerra, reformas que no fueron aceptadas de buen grado por la mayoría de los componentes del Cuerpo General, compuesto casi en su totalidad por oficiales de familias acaudaladas de extremado conservadurismo, Prado escribe desde la Secretaría de Marina:
...En esta época, conocido por mis ideas progresistas, mis compañeros del Cuerpo General me mantenían aislado como si se tratase de una serpiente venenosa, aunque me temían...El 25 de septiembre de 1932 acompaña al ministro de Marina y al presidente de la República, Manuel Azaña, a Barcelona, ciudad donde se celebra un acto de homenaje a la República y se procede a la entrega oficial del Estatuto de Cataluña. Realiza varios viajes oficiales más, nacionales e internacionales acompañando al ministro de Marina, hasta que durante el primer periodo del gobierno de Lerroux (Bienio Negro), por convicciones ideológicas, pide el cese en el Ministerio y solicita ser destinado nuevamente a la Armada. En octubre de 1933 es nombrado segundo comandante del submarino C-4, al mismo tiempo trabaja como profesor en la Escuela de Armas Submarinas de Cartagena (Murcia).
Pedro Prado Mendizábal en 1938
Tras las elecciones de febrero de 1936, en las que la izquierda recupera el poder, es llamado a Madrid para ser nombrado Secretario Técnico de Marina, cargo que ocupa hasta la sublevación militar de julio de 1936, ese mismo mes Pedro Prado asume el cargo de la Jefatura de Operaciones Navales, recién creada en sustitución del Estado Mayor de la Armada. Con la llegada de Indalecio Prieto, en septiembre de 1936, como nuevo ministro de Marina y Aire, dan comienzo las diferencias irreconciliables entre Prado y Prieto, situación que se mantendrá hasta el cese de Prieto en 1938. Prado, que en 1936 se afilia al Partido Comunista, en relación con los colaboradores de Prieto llega a escribir:...Había en la Flota republicana bastantes elementos anarquistas, muchos honrados y valientes luchadores antifascistas, pero unos pocos aventureros, que habían intentado escalar puestos y apoderarse de las tripulaciones, cosa que yo había impedido. Pero apenas entró Prieto de ministro, estos elementos turbios fueron a verle y el los apoyó y se apoyó en ellos...El enfrentamiento de Prado con Indalecio Prieto llega a su máximo en octubre de 1936, cuando este último se niega a firmar la orden del traslado de la Flota al Cantábrico, oponiéndose frontalmente al ministro a que se llevase a cabo tal operación, orden que finalmente se cumple a pesar de la oposición de Prado, operación desastrosa que vino a suponer la pérdida del control republicano del Estrecho de Gibraltar, y posiblemente con ello también la guerra. Pedro Prado es cesado por Prieto de su puesto de Jefe de Operaciones Navales en ese mismo mes de octubre, y destinado al crucero "Méndez Núñez" como comandante del mismo. En mayo de 1937 Pedro Prado es ascendido a capitán de corbeta. Permanece en el "Méndez Núñez" hasta septiembre de 1937, fecha en la que recibe una orden urgente de Prieto (ministro de Marina) para trasladarse a Brest (Francia) y recuperar los submarinos C-2 y C-4, llevados hasta allí por marinos desertores, submarinos que los franquistas intentaban recuperar para su flota en colaboración con el servicio de espionaje francés. Prado evita el intento franquista, repara los submarinos, purga de traidores las dotaciones y los traslada a España con la colaboración a bordo de oficiales de la marina soviética como comandantes. En abril y junio de 1938 los submarinos parten desde Burdeos (Francia) con rumbo a Cartagena, puerto republicano al que llegan el C-4 el 23 de abril y el C-2 el 26 de junio.
En abril de 1938, con Prieto ya fuera del Gobierno, Prado, que se encuentra entonces en Francia, es nombrado Jefe del Estado Mayor de Marina y vuelve a España. En los finales de la guerra marcha nuevamente a Francia al objeto de organizar el repliegue de las tropas republicanas y población civil desde una Cataluña ya ocupada.
En Francia reside en varias ciudades, incluida París, desde donde espera órdenes del Gobierno republicano, órdenes que no llegarán. Finalmente en el puerto de Le Havre y en la noche del 8 de abril embarca con su familia en el mercante ruso "Smolny" con rumbo a Rusia. Tras una accidentada navegación, el 13 de abril llega a Leningrado.
Ingresa en diferentes academias militares:
- La Escuela Leninista
- La Academia Militar Frunze
- La Academia Voroshilov, Escuela del Alto Estado Mayor del Ejército Soviético
- Diccionario Español-Ruso
- Diccionario Militar Español-Ruso/Ruso-Español
Tras la muerte de Stalin y la entrada de España en la ONU, se empiezan albergar esperanzas sobre la posibilidad de la vuelta a España de los militares y civiles españoles ubicados en la Unión Soviética, incluyendo a los denominados "Niños de la Guerra" y a aquellos que habían prestado servicio en la División Azul y eran aún prisioneros en Rusia. Por razones que en el libro de Cerdera se detallan, Prado no regresa a España.
Fidel Castro había solicitado ayuda a la Unión Soviética para el envío de un contingente de militares españoles allí residentes. La petición es trasladada a Dolores Ibarruri quién inicia los trámites con el presidente soviético Jrushchov.
Prado lleva enraizado en su espíritu idealista la condición de marino de guerra y en junio de 1961 llega a Cuba. Había sido reclamado por el coronel Francisco Ciutas (compañero y amigo suyo en la Academia Voroshilov), además de con la intervención de Ibarruri.
En La Habana, Pedro Prado trabaja como asesor técnico para el Ejército cubano, cambia su nombre por el de Juan Lamela Viñas. En septiembre de 1961 es nombrado Asesor Técnico Naval en la Marina de Guerra Revolucionaria. Desde ese puesto se vuelca en las organización de la Marina de Guerra cubana, amén de un largo etcétera de iniciativas, trabajos y publicaciones, todo ello descrito con exactitud en el libro que nos ocupa.
Prado espera en Cuba la ocasión de regresar a España, espera que se prolonga hasta el 3 de junio de 1977, fecha en la que en vuelo directo La Habana - Madrid, junto a su esposa, vuelve a pisar tierra española después de 38 años. Ese día Pedro Prado contaba con 75 años de edad. Después de su azarosa vida consiguió por fin su sueño de vivir junto a los suyos en su país natal y hacerlo en libertad. El Ministerio de Defensa reconoció su grado y derechos como militar, como Capitán de Navío Rtd. del Cuerpo General de la Armada.
Como consecuencia de una hemorragia digestiva, producida a causa de una úlcera de estómago que padeció durante casi toda su vida, el 21 de septiembre de 1985 Pedro Prado fallece en Madrid, en el Hospital de Ejército del Aire. Actualmente sus restos descansan en el madrileño Cementerio de La Almudena, junto a los de su esposa, fallecida en 1983.
Capitán de navío Pedro Prado Mendizábal
Imagen: Tina Paterson (twitter)
Benito Sacaluga