Revista Opinión

Pedro Sánchez alegra a los españoles al arremeter contra el nacionalismo en la ONU

Publicado el 28 septiembre 2018 por Franky
Pedro Sánchez, agobiado por sus múltiples problemas españoles y probablemente asqueado de la bajeza de los aliados que le sostienen en el gobierno, dio rienda libre a sus sentimientos más profundos y condenó el nacionalismo en su reciente discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, una gran noticia para los millones de españoles que nos sentimos preocupados ante el riesgo de que Sánchez y todo el socialismo español se conviertan en rehenes chantajeados por los nacionalistas extremos vascos, catalanes y por los comunistas de Podemos, sus compañeros de viaje. --- Pedro Sánchez alegra a los españoles al arremeter contra el nacionalismo en la ONU El mensaje central de Sánchez fue que "Este tiempo no requiere de mensajes nacionalistas o excluyentes", una sentencia acertada cuando se puede comprobar fácilmente que la mayoría de los dramas del mundo y de sus peores guerras y matanzas tienen en el nacionalismo a su principal agente culpable.

El presidente del gobierno español habló ante el plenario de la Asamblea General de otros temas, como multilateralismo, feminismo, cambio climático, migración, nuclear, seguridad y paz, pero su mensaje más destacado fue un alegato contra el nacionalismo, una acusación valiente si se tiene en cuenta que su gobierno está sostenido en España por los más violentos e irredentos nacionalismos, como son el vasco y el catalán, maestros del odio y empeñados en hacer saltar la nación por los aires.

Nadie duda de que cuando dijo que "Este tiempo no requiere de mensajes nacionalistas o excluyentes", se refería al discurso de los políticos independentistas catalanes.

"Es el momento de forjar un nuevo liderazgo cooperativo", señaló Pedro Sánchez, que agregó: "El liderazgo cooperativo, del que España es parte, exige una renovada apuesta por el multilateralismo. Los problemas globales sólo encontrarán una solución a través de la cooperación entre Estados".

Pedro Sánchez parece haberse dado cuenta de que sus aliados, además de sostenerle en el poder, pueden llevarle hasta la tumba política, a él y a su partido socialista, ya que las encuestas delatan un creciente y furioso rechazo de los españoles al nacionalismo agresivo vasco y catalán.

El discurso antinacionalista de Sánchez ha caído en la preocupada sociedad española como un bálsamo y una ducha de agua fresca en el verano tórrido. Los socios catalanes y vascos de Sánchez ya no provocan rechazo en España, sino repugnancia, al mismo tiempo que crece el número de partidarios de que los partidos que odian a España sean prohibidos, como ocurre en algunos países de nuestro entorno.

Francisco Rubiales


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