Pedro Sánchez, seriamente cuestionado por la Europa nórdica

Publicado el 21 junio 2020 por Franky
El veto de la Europa del norte a Pero Sánchez es cada día más fuerte y sólido. A los austriacos, suecos, daneses, holandeses, alemanes y a los dirigentes de otros países europeos no les gusta el estilo, ni las decisiones, ni la forma de gobernar, ni su concepto de la democracia, ni el hecho de que sea, según el último Eurobarómetro, el dirigente político peor valorado por sus ciudadanos en toda la Unión Europea. Y, en consecuencia, no quieren entregarle dinero sin condiciones, para que pague sus políticas electoralistas, cuyos objetivos se acercan más a la compra de votos que al bien común. Pedro Sánchez ha fracasado en España, pero su fracaso está siendo disfrazado y mitigado gracias a la prensa subvencionada y al control mediático que consigue a cambio de dinero, mientras que en Europa, al no poder comprar medios ni voluntades, su fracaso aparece nítido, deplorable y escandaloso. lo que le hace ser juzgado y valorado como merece. El resultado de esa valoración es pésimo porque Sánchez, según los países del norte de Europa, despilfarra, gasta de manera caprichosa, miente, degrada la democracia y manipula a sus ciudadanos y a la verdad, lo que le convierte en poco fiable. --- Muchos europeos del norte creen que la España actual, al borde de la ruina y con sus principales fuentes de ingresos cegadas, sobre todo el turismo, no puede permitirse el lujo de aprobar una generosa ley de Ingreso Mínimo Vital, ni repartir dinero a los medios de comunicación, ni otorgar subvenciones masivas a las asociaciones y organizaciones amigas del poder, ni seguir engordando el Estado español, que ya es, con gran diferencia, el más obeso de Europa.

La Europa del Norte está dispuesta a entregar dinero a España para que reconstruya su economía, pero no se fía de Sánchez. A los nórdicos les ocurre como a millones de españoles, que no se fian de su líder, pero mientras el grito de protesta de los españoles es silenciado por los medios subvencionados, el de Europa suena nítido y claro en todo el continente.

El pasado 26 de mayo, un grupo de españoles procupados envió una carta a las principales instituciones y cancillerías de Europa. Lo hizo consciente de que ese escrito influiría escasa o nulamente, pero con la esperanza de que sirviera de testimonio. Curiosamente, sus criterios coinciden, prácticamente al cien por cien, con lo que piensan los dirigentes de la Europa del norte sobre Sánchez y su política.

Algunos párrafos de aquella carta son los siguientes:

"Los españoles no queremos que Europa ayude al gobierno de España sino al pueblo español, que no es lo mismo. En la actualidad, el gobierno y el pueblo de España son dos realidades distanciadas. Si Europa decide rescatar a España de su ruina económica y decide enviar ayuda, no queremos que esos recursos sean administrados por el gobierno de Pedro Sánchez porque carece de garantías suficientes para que la utilización de esos recursos sea justa y limpia.

Los españoles estamos dispuestos a todo tipo de sacrificios para superar la crisis, incluso a disminuir nuestros ingresos, pero queremos a cambio que se nos libre de este gobierno corrupto y de un sistema político podrido y completamente ajeno a la democracia y a la decencia. Somos millones los españoles que deseamos que Europa ponga freno a los desmanes y abusos del gobierno de España y que siga negándose a entregarles dinero sin condiciones para salvar la arruinada economía de nuestro país. Sabemos que si entregáis al gobierno el dinero que España necesita, sin imponer antes condiciones severas de decencia y democracia, estaríais entregando esos fondos no al pueblo español sino a Pedro Sánchez, que utilizará una parte importante de esos recursos para fortalecer su poder, comprando votos, votantes y medios de comunicación para que silencien sus abusos y desmanes y le ayuden a perpetuarse en el poder.

Los españoles demócratas, cansados de soportar el mal gobierno, el despilfarro y el abuso de poder, queremos la solidaridad de Europa, pero con duras condiciones impuestas para que el gobierno de España recupere la cordura y la decencia y dedique esos fondos a mejorar los servicios, reflotar la economía, atraer a empresas, dignificar la democracia y respetar la justicia y los derechos humanos, frecuentemente violados por un equipo gobernante que, además de acumular privilegios y dinero, nos acribilla a impuestos y avanza, poco a poco pero con determinación, hacia una tiranía comunista, por ahora disimulada, pero que ya hace mella en nuestras vidas.

Los medios de comunicación sometidos al gobierno han presentado ante los españoles la negativa de la Europa del Norte a prestar la ayuda que Pedro Sánchez exige como una actitud insolidaria y egoísta frente a los países del sur, pero ese planteamiento, manipulador, como es habitual en el gobierno de Sánchez, también es falso porque lo que los países ricos del norte piden a España es que deje de comportarse como la cigarra y se comporte como la hormiga de la fábula, abandonando su política de desprecio al ciudadano, falta de democracia, derroche, frivolidad, ineficacia y corrupción.

Alemania, Holanda, Finlandia, Dinamarca, Austria y otros países ricos del norte de Europa tienen razón al negar la ayuda incondicional que solicita un país como España, que tiene más coches oficiales que el resto de Europa y Estados Unidos juntos y que tiene más políticos a sueldo del Estado que Gran Bretaña, Francia y Alemania juntos.

Es lógico que, a cambio de las ayudas que necesita, España se someta a ajustes que la fortalezcan como nación y que acaben con el despilfarro, la corrupción y el abuso de poder, tres males que hacen de España una falsa democracia podrida, dentro de la Unión Europea. Si se entrega el dinero sin condiciones, dentro de dos o tres años estaríamos de nuevo en la ruina, cuando los políticos corrompidos lo hayan gastado primando sus intereses sobre los del pueblo y la nación.

Nuestra única esperanza como españoles indignados y empeñados en un futuro de libertades y derechos democráticos es que Europa nos salve, pero no sólo de la ruina económica, sino sobre todo de la corrupción y del abuso de poder que ha infectado a nuestro Estado y a nuestro gobierno.
"

Nuestra carta coincide, cien por cien, con los criterios sobre España de la Europa del norte. Todos queremos ayudar a España, pero no deseamos que Pedro Sánchez administre sin controles severos esa ayuda porque simplemente no es fiable y porque utilizará el dinero en su propio beneficio, más que en la reconstrucción y regeneración de España.

Francisco Rubiales