Hace ya algunas semanas (no he tenido hueco para publicarlo aquí hasta ahora) vi un video en Youtube en el cuál se puntualizaba lo que Pedro Sánchez repetía hasta la saciedad en sus discursos. En todos ellos, con independencia de la ciudad, Pedro Sánchez nos hablaba de una tal Valeria a la que había conocido casualmente en la calle.
La tal Valeria de Pedro Sánchez, y su madre, se repite en Badajoz, Ponferrada, Albacete, Barcelona…
Y antes de Valeria y su madre, Pedro Sánchez utilizó la misma estrategia con una tal Juana… y su madre.
Siempre se le acerca la madre, en un barrio obrero o desprotegido de la ciudad en cuestión. Pedro Sánchez comienza diciendo a los que le escuchan: «Os voy a contar una historia…». Y vaya si la cuenta.
Pedro Sánchez nos cuenta la historia lacrimógena de Valeria y su madre
A estas alturas todos tenemos claro que los políticos nos manipulan a diario, y si estamos en campaña, todavía más, pero esto es ridículo. Pedro Sánchez (o cualquier otro político) nos puede poner ejemplos para que entendamos las cosas mejor, para llevarnos a su terreno, pero lo que no puede es contar historias como si fuesen reales, eso no, eso está muy mal y solo es patrimonio de los novelistas y los guionistas de cine. Eso de que la madre de Valeria, triste y desconsolada, y él, como príncipe azul en un barrio pobre, la atiende con consideración y cariño con mirada de besugo triste, y la escucha mientras ella, entre sollozos (esto me lo imagino al oírle contar la historia) le dice que su hija trabaja en un comercio, que la han contratado a solo cuatro horas, y que luego le han hecho no sé qué otro contrato. Señor Pedro Sánchez, ¿por qué toma a sus votantes como estúpidos? Valeria no existe, como tampoco existía antes Juana, como tampoco existen por lo tanto sus sendas madres. Si quiere criticar la política de empleo del PP me parece genial, a mí tampoco me gusta, pero no se invente historias lacrimógenas… ¡por favor!
Para más INRI, se sabe que ha presionado a la Sexta para que quiten el vídeo, para que no metan la llaga en la herida. Por suerte la cadena ha pasado de él.
A continuación pongo un enlace al video en YouTube, aunque no sé si seguirá ahí mucho tiempo. Es de vergüenza.
Ramón Cerdá