Cada vez que quedo con las chicas salgo de casa con una sonrisa. A ver qué nos pasa, a quien nos encontramos, ponernos al día (ademas de las conversaciones en grupo de 176 whatsapps...) y reinos de todo.
Resulta que I está a punto de conseguir algo en su trabajo que cambiará su vida, y el día 15 es la presentación de su proyecto, así que tenemos a I alterada! M parece que ya ha puesto en orden lo que siente, (o eso dice!) y que se lo ha dejado claro al interesado. Y luego está T y su veleta, y claro, el whatsapp está bien, pero no tanto como para ponernos a explicar todo, y que nos enteremos de la historia, así que decidimos quedar para comer, y esta vez nos fuimos al Peggy Sue. Según llegué, me arrepentí: dos hamburguesas en menos de cinco días es mucho hasta para mi!
La decoración, muy años 50 es total: parece que estás en la escena de "Pulp fiction" en la que Uma Thurman sale a bailar con Jhon Travolta, eso si con un amable camarero venido de lejanas tierras. Me sorprendió ver que todos los camareros/as eran sudamericanos, y que por cierto, ninguno de ellos mostrara ni una sonrisa. Sorprendida por que me esperaba algo muy muy americano, y lo mismo me hubiera pasado si fuesen chinos! Enfin, cosas mías! Al pobre camarero le tuvimos secuestrado un rato por que no nos decidíamos, y total, para pedir todas lo mismo, y seguir con nuestra tradición de pedir exactamente el mismo plato.
Como entrante, unas patatas fritas con queso y bacon, que estaban buenísimas: buena presentación, buen aspecto y deliciosas. Y después una recomendación que nos hizo nuestro amigo A, que ya había pasado antes por Peggy Sue, y fue el sandwich de pollo. Resulta que es más bien una hamburguesa, de hecho el pan es redondo, con pequeñas semillas, lechuga, mostaza, mayonesa y un filete de pechuga de pollo empanado. Me gustó ver que el interior no eran trozos de pollo hechos una masa y envueltos en una costra indefinida de pan y huevo, que la lechuga era una hoja de lechuga de las de verdad, no esos trozos de bolsas Florette, ni sucedáneos similares.
Y mientras comíamos animadamente las hamburguesas-sandwich T nos contaba cómo hace un mes, agarrando el toro por los cuernos, se decidió a mandarle un mail a MC (su hombre-veleta, con quien ni pa'lante ni pa'tras ni son novios, ni rollo, ni ¿amigos?, pero el cual no se despega de internet/móvil para saber de ella). Y ese era otro mail bomba: una declaración de intenciones, y una manera de plantarse y decir :
"O apuestas todo, o te retiras"
Y estábamos las tres intrigadas esperando saber qué contestó MC, que sorbíamos la limonada rosa como si no hubiera un mañana, acabamos pidiendo una segunda (muy recomendables por cierto!), y todo para decirnos:
"Nada, no ha contestado nada. Desde hace un mes"
Pues eso, otra veleta. Ni contigo ni sin tí, así que para romper un poco el momento amargo, nada mejor que un dulce. Pero de esos guarros, con chocolate, nata, bizcocho, y de todo. Guarrerías como lo llama I, que consiguen hacer que una buena comida se vuelva estupenda: "pink carrot cake" y "NY cheese cake". La primera fue una apuesta a ciegas que nos salió redondo: un sabor nuevo, mezcla con canela, digno de recomendar, y de repetir, y la segunda, era una apuesta segura por si fallaba la primera!
Esperamos que MC espabile y sea un hombre y dé la cara, para bien o para mal! Yo de S...sigo sin noticias!
PEGGY SUE BILBAOwww.peggysue.esC/Licenciado Poza, 73. Bilbao
Un local pequeñito al que es mejor ir con reserva, ya que no hay muchas mesas, y alguno de nuestros amigos ya se ha quedado en la calle. Las hamburguesas, las patatas y la comida en general, están bien, los productos son cuidados, y al menos no es tan batallero como otras cadenas de hamburgueserias, a un precio razonable. Lo que me chocó fue ver que todo estaba cuidado al detalle: la decoración, la pintura de las paredes, el mobiliario, la carta, las hamburguesas con el palillo y la banderita...y resulta que los camareros iban con su propia ropa! Un uniforme común no hubiera estado de más, sobre todo por que no era muy agradable estar comiendo mientras le ves el culo y los calzoncillos al camarero a través de unos pantalones blancos lleno de rotos y agujeros. Que yo tengo unos vaqueros similares, eh? Pero no los llevo al trabajo! (estoy quisquillosa mientras escribo esto...)Salimos contentas de la comida, por unos 10€ cada una, un sitio distinto al que ir. Quizás fue la buena compañía lo que me hizo salir con mejor impresión. Quizás no, estoy segura.