Pelea de gallos

Publicado el 28 noviembre 2011 por Felipe @azulmanchego

LA COSA PÚBLICA madrileña no está sobrada de los comúnmente llamados “animales políticos”. En el caso del PP regional, Ignacio González y Francisco Granados serían dos buenos ejemplos de tan raros especímenes. A la sombra, es cierto, de mamá Aguirre, que es la que los crió, cobija, protege y ampara. Y es, también, la que castiga y premia a sus polluelos.
Poderosos, hábiles, ambiciosos, implacables, intuitivos, temidos, admirados, denostados… e incompatibles. Dos gallos, que difícilmente pueden coexistir en el mismo gallinero, sin que alguno pueda salir desplumando. Ignacio González y Francisco Granados han empleado muchas de sus energías en disputarse el favor de la jefa del clan, conscientes de que sólo uno de ellos podía ser ungido con el óleo santo de la sucesión.
Hasta el implacable desenlace final, en el que Esperanza Aguirre decapita a Granados y sirve su cabeza en bandeja de plata a modo de escarnio público, el duelo había sido de una crudeza tal que sólo dos buenos espartanos podrían resistir. Siete años, siete, de guerra de guerrillas, empellones, navajeos e intrigas, de zancadillas en la oscuridad, de misteriosos dosieres y de espías. Y mientras, Aguirre parecía divertirse con el cuerpo a cuerpo, o al menos miraba para otro lado. Era inevitable, pues, que la cosa terminara como el rosario de la aurora.
Apenas había tenido tiempo el comedido Rajoy de acabarse la botella de cava que abrió el 20-N por lo noche y de salir de su plácido retiro genovés, cuando la intrépida Aguirre, que nunca descansa, le montó un animado castillo de fuegos artificiales para atraer la atención del respetable. Todo el PP de fiesta, menos Aguirre que celebraba el triunfo a su manera: descabezando al "descarriado" Granados.
El resultado es bien conocido: González gana la pelea y se queda como único heredero. Todo va para el ganador. El ganador se lo lleva todo, como en la canción de Abba. Un poder inmenso, incluso en el PP de Madrid que, de esta forma, se blinda ante posibles injerencias externas. En febrero será el Congreso que aclame a Mariano Rajoy como líder indiscutible de todo el PP, excepto en Madrid donde Aguirre se hace fuerte por si algún día vinieran mal dadas y alguien osara moverle la silla. Ella siempre va por delante. Nunca descansa. Nunca tiene suficiente.
Se atrinchera Aguirre, que está en su tercera legislatura y que tarde o temprano tendrá que ir pensando en hacer la maleta, colocando como cancerbero en la primera planta de Génova 13 a Ignacio González un viejo conocido del presidente del PP. Sus dos encontronazos más sonados fueron cuando Rajoy le apartó de la dirección por cuestionar su liderazgo y cuando impuso a Rato como presidente de Caja Madrid cercenando así los deseos de González de ocupar el sillón de Miguel Blesa.
Y luego dicen que la política es aburrida. Nunca lo es en Madrid. No desesperes si te has perdido algún capítulo. No pierdas la Esperanza porque habrá nuevas entregas e incluso reposiciones. Esto no acaba aquí. To be continued.