En una época en la que se habla de la contención del gasto y el recorte que, tras un gran estado de bienestar, hemos tenido, no nos dejan de sorprender noticias como las que publicaba el diario www.eleconomista.es en estos días y en la que ponía de relieve la situación del pueblo más endeudado de la geografía española. Encima el nombre de la localidad ya anticipaba lo que iba a ser su futuro económico, “Peleas de Abajo“.
El municipio de curioso nombre está ubicado concretamente en Zamora y tiene un censo de 260 vecinos. Ahora bien, la deuda que han adquirido estos pobres ciudadanos por culpa de la gestión municipal se ha situado (y no es broma) a la altura de la que tiene Grecia, salvando lógicamente la diferencia demográfica de cada uno. La deuda del ayuntamiento de “Peleas de Abajo” asciende a 18.000 euros por habitante.
Desde el diario eleconomista.es apuntan que “al ritmo de los ingresos municipales, la deuda no se saldaría hasta el siglo XXVI”, o sea, dentro de 500 años. Eso sí, la localidad cuenta con una gran pista de frontón, unos jardines propios de un Rey, e incluso con una lujosa residencia para la tercera edad. Ni que decir tiene que en el consistorio ya no cobra nadie, salvo el alguacil que hace de todo. Además el pueblo a través de referéndum ha decidido tomar una medida drástica; esta ha consistido en quitarle el nombre de una calle a la alcaldesa que más tiempo gobernó.
Pero fíjense que si, lo ocurrido en Peleas de Abajo, nos resulta sorprendente, más vergonzoso nos resultará conocer cuando se destape, lo que pasa en el resto de municipios pequeños de la geografía española donde se gestiona y gobierna sin conocimiento alguno de nada. ¿Se imaginan ustedes de repente que su pueblo se queda sin recogida de basuras, alumbrado público o que tengan que subirle los impuestos por culpa de alguien que no ha sabido desempeñar la función para la que se le requería? Pues no lo piensen demasiado, eso ya pasa en muchos sitios.
Sobre el destino de los vecinos de Peleas de Abajo y concretamente de lo que va a ocurrir con el pueblo, estaremos muy atentos, pero si hay algo que con esto nos queda claro es que, cuando alguien no está preparado para gobernar, da igual que sea conocido, vecino o pariente, porque como decía mi abuelo: En cuestiones de dinero o política, no hay amigos.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…
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