Peleas de hermanos, dejándoles solucionar

Por Zulema @MamaEsBloguera

Cuando en casa nos crecen los enanos como sucede en la nuestra, el día a día no suele ser tan pacífico como acostumbrábamos antes. Sobre todo cuando tenemos hijos con poca diferencia de edad que demandan las mismas cosas.

En mi casa en particular, basta que uno esté jugando con algo para que el otro lo quiera. Ya puede ser un juguete, o ver la televisión, o leer un cuento concreto, o lo que sea… como yo suelo decir si a mis hijos les das dos caramelos iguales también se pelearían porque quieren el del otro. Y aquí entramos en modo bucle desde las dos y media de la tarde hasta aproximadamente las ocho de la noche, por lo que aseguro, puede destrozar la paciencia y los nervios de cualquiera que esté a su alrededor.

Siempre he pensado que mis hijos están hechos a mi medida. Si no tenía mucha paciencia ellos me han ido entrenando cada día para superarme y ampliarla, si era maniática me han enseñado a ser más pasota, y así con un poco de todo.

Y también me enseñaron a ser más pícara y no caer en sus trampas, porque aunque no lo crean, nos las ponen, sólo es necesario observarles y ver lo que realmente son capaces de maquinar.

Cuando al principio comenzaron a surgir sus pequeñas peleas, al ver a uno de ellos llorando como si el mundo se acabase se me partía el corazón y siempre mediaba (normalmente era el enano). Terminaba yo hablando para que el otro entrase un poco en razón y cediese, y finalmente cedía. Pero esto no era más que un error. Al principio parecía que no había nada de malo en el método, hasta que descubri que el que se salía con la suya, se burlaba del otro. Por lo que más que solucionar, había incrementado el problema. Ahora tenía a uno feliz, pero a otro desolado doblamente. Y es que las madres primerizas realmente no existen, todas seremos siempre primerizas, yo lo soy en tener dos hijos.

Después de un tiempo agobiándome con estas situaciones, que realmente me desbordaban, decidí una vez más ser la madre pasota. No hay más mediaciones por ninguno. Teniendo en cuenta que mis enanos ya tienen 8 y 10 años y conocen el diálogo perfectamente, he descubierto que pasando ellos mismos saben resolver sus problemas (cada día me sale más la vena malamadre).

Las cosas en casa ahora se presentan así:

G: Mamá no me deja ver los dibus que ponen en X canal.

A: Mamá es que están poniendo estos en este otro canal.

Podría ponerles a cada uno en un cuarto, y solucionar este conflicto. Más de una vez estuve a puntito de hacerlo, pero le di vueltas y llegué a la conclusión de que esto realmente no iba a solucionar nada. ¿Qué haría yo? Literalmente NADA. Lo único que yo hago es “retirar el poder” al que lo tiene, en este caso el mando de la tele y apagarla. Por lo que el resultado es:

Mamá: Bien, viendo que no hay un acuerdo, mientras la tele está apagada hablen entre ustedes, negocien y cuando tengan un acuerdo que les guste a los dos y los dos salgan beneficiados, me lo cuentan y lo solucionamos.

A los cinco minutos:

Niños: Mamá ya estamos de acuerdo. El capítulo que estaba viendo era repetido así que no me importa ver el que quiere él, y después veremos otro que yo quiero.

¡Perfecto!

Vale la pena escucharles negociar, siempre que tengan ocasión de hacerlo sin invadirles háganlo, descubrirán la capacidad de negociación que tienes nuestros peques.