Peleas de tetas

Publicado el 20 junio 2014 por Soniavaliente @soniavaliente_

Un pecho turgente de mujer es siempre una promesa. De alegría, de vida. Un regalo. El otro día charlando tras el concierto de Krahe en l’Eliana con el guitarrista y compositor Javier López de Guereña éste le comentaba que un hombre nunca sabe cómo va a ser el pezón de una mujer. Puede imaginarlo, así, el pecho en su conjunto, pero nunca la pigmentación, la forma, el grosor. Si se piensa, es divertido. Jugar a adivinar. Nunca había pensado así en los pechos.

Quizá sea precisamente la imaginación, la expectativa, lo que traiga a más de uno de cabeza. Y a más de una. Las mujeres, cuando frisamos los cuarenta, nos volvemos sensibles con el tema. Donde hubo desafío a la gravedad y a la autoridad, si le apuran, ahora yacen dos lenguados. Frescos y juguetones, sí. Pero lenguados al fin y al cabo.

En cambio, para Facebook –la red social en la que, según un estudio, más horas pasan los hombres mirando fotos de mujeres que NO conocen- los pechos son una amenaza. Y, desde hace tiempo, ha iniciado una batalla encarnizada contra tanto despropósito mamario. La red social timorata ha levantado el pie del acelerador y ya no censura fotografías de mujeres amamantando a sus hijos. Sin embargo, permite sin sonrojo que páginas mucho más obscenas pueblen a sus anchas.

Harto de semejante hipocresía un creativo madrileño ha abierto esta semana una página llamada “Peleas de tetas” echando un pulso al Gran Hermano. En cuatro horas consiguió 20.000 fans. Como estaba previsto, en la medianoche del martes, la página fue clausurada. Lo que se pretendía en realidad era remover conciencias sobre otra página: “Peleas de Perros” que, inconcebiblemente, sí cumplía los requisitos de decoro. La presión social surtió su efecto y, de paso, por unas horas los muros de Facebook se poblaron de alegría, de promesas. Y de tetas estratosféricas.