En 1988 fue adquirida por Heineken International, perteneciendo aún a ese grupo.
Pasando a la cerveza, al servirla se la nota de un color rojo intenso, formando una buena espuma de tonos rojizos y duradera. Su aroma es acaramelado, lo cual se confirma al probarla donde lo que predomina es su dulzor contrapuesto con un amargor muy leve. Su sabor es suave, aunque se nota luego un pequeño calentamiento en la boca debido a sus 6.5° de alcohol.
No es una mala opción para una cerveza que uno quiera tomar fácil y que a la vez tenga algo de carácter.
Pelforth Brunne:
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