Ciertas personas disfrutan del tipo de películas que cuenta una historia dramática juvenil, pero aún son menos quienes conociendo la historia se quedan con un mensaje y una lección de vida. En este caso, Dumplin puede ser una película para el fin de semana, simplemente para pasar el rato, o puede ser una historia con la cual identificarse y obtener más de un aprendizaje de la misma; en ambos casos se disfruta.
La película tiene varios condimentos interesantes, hay una madre ausente, una tía especial, una amistad inesperada, drag queens, chicas con sobre peso con buena y mala autoestima, reconocidas actrices y mucho más. Lo cual crea una historia ciertamente fuera de los estándares pero conservando el toque estadounidense que las caracteriza y las reconoce. El hecho de que los pocos hombres que salieran en la película, con un papel importante, hayan sido drag queens, es muy interesante, demostrando de paso, conscientemente o inconscientemente, la fortaleza de las mujeres y cómo pueden salir adelante por si mismas con sus gustos y actividades. Por la parte de las drag queens, demuestran inclusión y algo más que representación, es cómo se puede ayudar a quienes lo necesitan, cómo se pueden usar los propios conocimientos para un determinado fin, adaptarse y darle la importancia merecida a la amabilidad y la amistad, seas quien seas, como seas y lo que tengas.
Quiero escribir y escribir sobre cada uno de los personajes, algunos se conocen más que otros, pero todos dan de que hablar. Como no es un resumen, solo les diré que este tipo de películas tienen una función importante más allá de entretener, y ya depende de cada uno cómo la toma.
Sinceramente hubo detalles muy agradables que me hicieron ser poco crítico al momento de ver la película, porque para mi se trata de quedarse con lo bueno a buscar lo malo. Por ejemplo, aquí el chico guapo no tiene como primera opción a la chica guapa, algo que tal vez no suceda en la realidad, pero que por lo menos se puede disfrutar en la ficción.
La película está adaptada del libro con el mismo nombre escrito por Julie Murphy, algo muy común hoy en día, pero que da la oportunidad de ver qué tipos de cambios encuentran las productoras necesarios a la hora de llevar una historia a la pantalla grande.
No es la perfección, no es la que mejor maneja este tipo de tema, pero sí entretiene y seguro a más de una persona le dará un rato agradable. Enseña que la belleza viene en diferentes presentaciones, que hay que creer en quienes creen en nosotros y, sobre todo, que el aprecio comienza con el propio.