¿Nosotros fantaseamos de la misma forma que ellos? Está claro que no. Las mismas películas condicionadas que a las mujeres nos dan risa (o rechazo), a los varones los dejan en llamas. Además, como afirma un estudio de la Universidad de Montreal(Canadá), ellos fantasean hasta dos veces más que nosotras. Según el experto en las relaciones humanas Allan Pease, autor de Porqué los hombres no escuchan y las mujeres no entienden los mapas. "el 81% de los hombres se excita con impresiones visuales y se erotiza imaginando sexo con extrañas". Las chicas, en cambio, solemos detenernos más con las velas, los perfumes, las caricias y los aspectos más emocionales de todo el asunto. "Además, mientras que los varones tienen fantasías explícitas y fragmentarias (se estimulan con pompis, lolas y penetraciones), la mujer es más escenográfica. Sus fantasías, además, siguen un guión mucho más armado", explica Helien.
No importa lo bizarros que puedan resultarte tus pensamientos hot: querer ser atada a la cama, recibir un par de palmadas o que un hombre te pague por sexo no implica que desees eso en la realidad. "Toda fantasía es parte del imaginario, no de lo real. Es como un juego que, por cuestiones de evolución cerebral, sólo los humanos podemos jugar. Por eso, en este tema no podemos manejarnos con criterios de mentira o verdad, o de bueno o malo", indica el sexólogo. De la misma manera, que tu chico te pida que te vistas de colegiala con colitas tampoco hace de él un pedófilo en potencia. "Hay fantasías que estimulan mucho, pero sólo en tanto y en cuanto no pasen a lo real, lo que excita es imaginar, no el concretar" precisa Moreschi, Helsien aclara : "También, en el paso de lo imaginario a lo real, la fantasía se degrada. En nuestra mente, todo tiene mayor grado de excelencia: el otro hace lo que yo quiero, tal como lo deseo,. Además no hay olores ni ruidos molestos. De allí la frustración de mucha gente que, por ejemplo, ha concretado tríos: sucede que en lo imaginado todo es perfecto y en la realidad, no tan así".Las ensoñaciones hot permiten que una se aventure a escenarios que le resultan altamente erógenos, pero si tener que "pagar" el precio de trasladarlas a la realidad.