Lo que cuenta, y lo que no cuenta, es terrible. Decía Light Yagami que el mundo estaba podrido. No sé si el mundo en gran parte lo está, pero el pequeño pueblo alemán que nos enseña Haneke lo está Del todo. Pero al observar ciertos comportamientos, no te extrañas de que esa putefracción se extienda, es demasiado tarde para amputarla. Es más, se contagia, se transmite de unos a otros.
Y eso que Haneke, para variar, se dedica más a sugerir que a enseñar. Y cuando enseña, a mí al menos, me dio la sensación de que eran pequeñas cosas, que escondía mucho más y que no sé si es peor la sensación de imaginar el día a día en un lugar así o que me hu
La historia de un pueblo, de su gente; en el que parece que solo se salva los pocos que aún pueden conservar la inocencia y los que no se han criado allí. Y no me extrañ
Por cierto, las actuaciones me parecen geniales, y destaco a los niños. Impresionante. Además, Haneke mete muchos primeros planos, que a mí me encantaron porque joder, hay que ver cómo se lucen. Y qué distintos estaban en Cannes, oye, qué curioso...
Lo malo es que no creo que pueda gustar a todo el mundo, o que pueda gustar por igual. Y no lo digo porque sea una película difícil de comprender y que requiera un alto nivel de pedantería gafapasta e intelectualidad, como seguro que muchos dicen (se dicen tantas gilipolleces...), sino simplemente porque hay p
Yo con semejante panorama, lo dicho, no podía aburrirme. Ah, y hubo un momento de increíble angustia y que lo pasé francamente mal, en el que Haneke aleja la cámara y enfoca otra cosa. Qué bien se te da, cabrón. En fin, me gustó, podría haberlo hecho más tal vez, pero es brutal lo que cuenta.
**********SPOILER SOBRE EL FINAL**************
Qué hijo de puta eres, Haneke. Con todo mi cariño. Cómo sabía que acabarías la película así, cómo te gusta jugar con nosotros. Pero en fin, yo no creo que se necesitara un final cerrado. Dejas bastante claro que los niños son los causantes. Es más, los dos niños afectados, son de los más pequeños del pueblo, así que los niños mayores se ven en el derecho a castigarlos. "Por los pecados de sus padres", dicen en la nota a la agresión al niño de síndrome de Down. Ellos no pueden castigar a los padres, porque son los débiles. En cambio, si van contra sus hijos, ellos son los fuertes. Y de todas maneras, aunque no fueran, ellos los culpables ¿qué importa? En ese sitio, podría haber sido casi cualquiera. Y que seas consciente de eso, es mejor que un final explicativo que en realidad es innecesario.