El rodaje tuvo lugar en el desierto de Utah, donde el ejército norteamericano había llevado a cabo pruebas nucleares y la zona estaba contaminada de radiactividad. De esto no fue informado el equipo de rodaje ni el estudio. Al cabo de 25 años después del rodaje comenzó a destaparse una macabra trama cancerígena.
Los primeros en fallecer de cáncer en 1963 fueron Dick Powell y Pedro Armendáriz, director y actor del film. En la década de los 70 el mal acabaría con los intérpretes Thomas Gómez, Agnes Moorehead, Susan Hayward y John Wayne.
El diario francés Le Point publicaría en la época, que de 150 artistas y técnicos que tomaron parte de manera directa en el rodaje, 91 estaban aquejados de cáncer y 46 habían fallecido de la misma enfermedad.
Un rodaje que resulto letal para todos los que participaron en el.