El caso es que en las vacaciones, fui a ver al cine Toy Story 3. En muy buena compañía. Quizá eso aumenta el buen recuerdo y cariño que ya le tengo.
No sé muy bien qué puedo decir ya que no haya dicho. Parece que no hay mucha gente que no haya caído rendido al encanto de los juguetes, y que no lo haya expresado ya. Pero nada, a mí el cuerpo me pedía escribir sobre ella, así que a aguantarse.
Por un lado, decir que hay entretenimiento en cada segundo. Y casi en cada segundo, risas. Con ese inicio más que genial, creo que deja bastante claro el ritmo de la película: es rápida, apenas dejan de suceder cosas, no paran de crearse situaciones de las que, imaginas que de alguna manera tendrán que salir. Pero no sabes cómo se las ingeniarán, y, por lo menos a mí, me hicieron sufrir mucho en más de una ocasión.
En esta parte, además, se introducen nuevos personajes (igual que hicieron en la segunda, pero en esta ocasión, más todavía), que resultan carismáticos al momento. Sobretodo, destacar al osito rosa que huele a fresas y, por supuesto, a Ken. Incluso resulta adorable e inolvidable un Totoro que no aparece mucho y que ni siquiera habla. Los personajes de siempre, siguen siendo tan amor como siempre. Cada uno tiene sus cosas, algo que te hace adorarlos. Vamos, si ahora vuelvo a mi habitación y me los veo ahí, yo doy un salto de alegría por cada uno de ellos. Y quiero que las Barbies que aún conservo se vuelvan tan punks como la Barbie de esta película: "el poder no lo tienen los gobernadores, ¡si no los gobernados!" O algo así dijo. Quién lo esperaría de Barbie, que parecía tan convencional, tan típica, tan rubia y con unas curvas y un cuerpo tan imposibles.
La verdad es que me preocupo bastante por no dejar atrás la infancia, y a veces hay cosas que me hacen sentir de vuelta en ella. Toy Story 3 lo consiguió. Y también consiguió que me acordara de amigos que haces, y de repente, llega un momento en la vida en el que los caminos se separan. Pero, si encuentras a alguien lo suficientemente especial, ese alguien estará contigo siempre, de una manera u otra.
En fin, no sé si es mi favorita de la trilogía. Aún no he decidido si me gusta más que la primera, pero podría ser. Lo que sí que sé es que es un final perfecto. Y que es la más adulta de las tres. Seguro que los niños la disfrutan muchísimo, pero creo que a la gente algo mayor puede tocarle alguna fibra. Porque hemos crecido, como Andy. Y sabemos lo que siente. Y aún así, siendo la más adulta, creo que consigue que conectemos perfectamente con el niño que llevamos dentro.
PD: Agradezco los comentarios en la entrada anterior sobre Matrix. Me hacen mucha ilusión los comentarios en mi blog, y viendo algunos a los que les gustó tanto mi reflexión...Gracias, de verdad. No lo veo para tanto, pero me anima a seguir actualizando. Y también me tranquiliza, ya que en Blogdecine.com comenté hace poco sobre ella simplemente diciendo que tenía filosofía, y se me echaron encima. Aplaudieron al que negó que tuviera filosofía porque "él no se había dado cuenta", y a mí y a otro nos acribillaron a votos negativos solo por insistir en que la tenía. No me considero experta,es más, apenas sé de filosofía, tengo unas bases muy mínimas, pero creo que es algo objetivo e innegable; si una persona no tiene conocimientos sobre ello me parece genial y normal, como yo no tengo de otras cosas. Pero que desde la ignorancia se discuta sobre lo que no se sabe y los demás aplaudan eso...Me animó leer vuestros comentarios : )