Nunca un juguete, por sofisticado que pueda ser, puede alcanzar a sustituir a unos padres que disfrutan jugando y aprendiendo con sus hijos. Sin embargo cada vez son más los juguetes con grandes rasgos de sustitución.
Cabreo porque el juguete no facilita la utilidad con la que debería haberse pensado
Hace unos días pude tener en mis manos un juguete dirigido a primera infancia: un peluche con una tableta. Dice que enseña las letras, los números, enseña inglés, canta canciones… ¡Y sin necesidad de que los padres tengan que estar presentes! Guauuuu, ¡qué derroche! El niño interactúa con el peluche y aprende por su cuenta, si es que aprende y si es que se divierte, porque me pareció tan aburrido que no creo que sirva para jugar más de una semana con él. Y lo de aprender… paso palabra. Me parecen juguetes tan limitados que decir que enseñan algo se me antoja estrategia de venta. Una vecina mía tenía un loro que podía enseñarte lo mismo: cómo repetir algo sin conocimiento. De hecho, en el rato en el que estuve vi a esa niña de 3 años jugar más con un maletín de pinturas que con el sofisticado juguete… (además de ser tres veces más económico)
Por ese precio hay padres que tienen pila para todo un año de diversión y aprendizaje con sus hijos. ¡Eso sí que es un buen juguete! Voces que emocionan, voces tiernas, voces que establecen lazos afectivos… nada de voces repetitivas, automatizadas y mal vocalizadas por la distorsión de un juguete. ¿Inglés? Prueba a cantar con tus hijos en inglés, eso sí que es risa para más de una semana. ¡Esos padres sí que son un regalazo! Enseñan palabras, números, emociones, valores… ¡enseñan vida!
Algo tan importante como el juego no se puede dejar en manos del marketing… Los juguetes deben ser seleccionados conforme a unos criterios de calidad que los padres deberíamos tener claros: son instrumentos para usar en juegos (en común o individualmente) que deben tener una finalidad lúdica y de aprendizaje, y no me refiero solo a conocimientos, sino también a emociones y/o valores. ¿Cuántos juguetes se anuncian ahora que enseñan a…? Será que los padres utilizando el juguete pueden enseñar a…, y luego el niño será capaz de aplicar lo aprendido a algo nuevo, ¿no? Creo que un buen juguete debe permitir que el niño sea capaz de ampliar la utilidad original y llevarlo a otros aspectos de su vida, ¿no? Se me antoja tan, pero tan, limitado este tipo de juguetes para favorecer la creatividad del niño, que solo por ello no consiguen llamar mi atención. Están hechos para hacer creer a los padres que sus hijos los necesitan… La lástima es que en realidad un hijo lo que necesita es a sus padres.
Las canciones infantiles en inglés son también un juego divertido
A mi hija le han regalado otro juguete (me dan ganas de llamarlos “trastos”) que enseña inglés… y me mondo de la risa. Si eso sube el precio del juguete bien podrían eliminarlo, porque dudo mucho que sirva para aprender inglés. Bilingüe. Cuatro frases con una locución mecánica. De risa. Por contar otro caso, uno de los juguetes que recientemente le han regalado viene cargado con mala leche: una de las cosas para lo que sirve (lo fundamental a mi parecer) tiene algo supermolón (según creerá el fabricante) que es para que aprenda otra cosa (con la voz grabada que tanto me repatea), pero que obstaculiza el juego. Además de que la orientación horizontal es la menos adecuada a mi parecer. Mi hija se cabrea porque sabe hacer eso desde hace tiempo pero se frustra porque se queda atascado. Gran ejemplo de juguete sofisticado creado a medida de entrar por el ojo de los padres, pero que a mi parecer tiene bastantes defectillos de forma sobre todo comparado con otros juguetes más básicos, y económicos que enseñan eso mismo con ayuda de los padres (por ejemplo con la voz en vivo y en directo
Quizá es que ese tipo de juguetes a mí no me interesan porque no busco que hagan piruetas en mi lugar, ni busco que me sustituya una voz… pero me parece que tienen tanta aceptación que me preocupa que los padres estemos sujetos al marketing en nuestras relaciones con los hijos: nos entra algo por los ojos que nos quieren vender como algo genial para que los niños se diviertan aprendiendo y nos lanzamos sin conocimiento porque creemos que lo necesitan y que es lo mejor de lo mejor. Y prepara la cartera… ¿para qué? ¿cuánto de divertido tienen para que en una semana se quede arrinconado? ¿Cuántos juguetes necesitan los niños? Lo que los niños necesitan son unos padres jugones. En realidad no digo que este tipo de juguetes no tengan una base válida, que la tienen, sino que al querer hacerse más sofisticados adquieren cierto tinte que los debilita en su afán de satisfacer más a unos padres ansiosos de que sus hijos aprendan con poco esfuerzo y por sí solos… lo cual además encarece tal base lúdica también.
Y ya no te cuento si entro en videoconsolas, tablets y demás… crème de la crème sofisticada. Eso me da para otro día despotricar también
¿Qué os parecen los juguetes de más éxito comercial? ¿La sofisticación los hace más ridículos o atractivos? ¿Os decantáis por juguetes educativos?