Tras la "resaca" de lo que han llamado Marchas de la Dignidad, Mi Mentidero ha descubierto dos alborotadores que se dedicaron a alborotar conciencias.
Ella se llama Lucía, el José. Son parte de esos pensionistas que han sido sustento de buena parte de su familia con su pensión. Cumplen perfectamente el perfil de la indignación, siguen buscando a familiares que desde hace mucho tiempo están en fosas comunes o en cuentas, tienen hijos que forman parte de las estadísticas del paro, nietos con contratos basura o en el exilio laboral en Londres. También bisnietos que andan entre la escuela pública que las quieren privatizar. A los dos les falta poco para los noventa años, pero están ahí. Ayer estaban alborotando conciencias en la Marcha de la Dignidad, son altamente peligrosos porque piensan seguir siendo dignos y siendo ejemplo para hijos, nietos y bisnietos. No sólo por eso, pero también por eso, yo estoy orgulloso de mis padres.