Contaba Bettie ayer que no había visto jamás Love Actually, y yo he decidido que cosas así no pueden volver a pasar. No. Por eso, con la intención de servir a la sociedad, procedo a relatar cuáles son mis pelis ñoño-navideñas favoritas. Esas que en estas fechas -o cuando sea- hay que ver, sí o sí. Porque, qué hay mejor que en un día de frío reventón, quedarse en casita, en pijama, con manta, taza de té, gato a la vera y pelis de estas. O libro.
Empezamos.
'An affair to remember', título traducido al español por un más casto 'Tú y yo'.
Cary Grant, Deborah Kerr, un crucero y Nueva York. Yo no sé qué más queréis que os diga para que la veáis. Es que no sé.
'The prince and the showgirl', o 'El príncipe y la corista' en spanish. Una de mis películas favoritas de todos los tiempos.
Sir Laurence Olivier y Marilyn en su esplendor. Londres, la coronación de un rey y mucho amor flotando en el aire.
'Pocketful of Miracles', o 'Un gángster para un milagro'.
Bette Davis y Glenn Ford. Maravillosa, de verdad. No es romántica en el sentido estricto de la palabra, pero si es una preciosa historia de amor y de amistad.
'Mary Poppins'. Sí, Mary Poppins. La historia del deshollinador siempre me ha parecido de lo más nostálgica y amorosa, mirando a esa Mary que nunca se queda a su lado, siempre se marcha, porque, ya se sabe, las Time Ladies tienen sus obligaciones (hey, whovians). Además, es una película con muchísimos matices: el sufragismo, los bancos, la crianza de los hijos... Imprescindible.
Y si de pelis ñoño-navideñas hablamos, no puede faltar... 'While you were sleeping', o la que todos conocemos como Mientras dormías.
Quizás no tiene el encanto de las clásicas, pero en Navidad, no puede faltar. Adorable.
Y, por supuesto, Cuatro bodas y un funeral. El antecedente directo de Love Actually. Una historia tan, tan, tan brit que sólo puede amarse incondicionalmente. Como Notting Hill, y una de las escenas más especiales de todos los tiempos (modernos, al menos):
Habría muchas más, como Sabrina, en sus dos versiones (la última la destaco por Harrison Ford, no vayáis a pensar), las de Bridget, por supuesto, y alguna más...
¡Que viva la Navidad cinéfila!