Pelópidas, Epaminondas y el Batallón Sagrado de Tebas

Por Manu Perez @revistadehisto

Pelópidas y Epaminondas fueron compañeros en la vida y en el campo de batalla, dos jóvenes tebanos que idearon una potente unidad de combate formada por parejas de amantes comprometidos a combatir hasta la muerte, el Batallón o Hueste Sagrada de Tebas. Las habilidades militares de estos jóvenes, unidas a la fuerza del Batallón, permitió a los tebanos lograr la victoria sobre Esparta y arrebatarle el puesto de potencia hegemónica de Grecia.

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Pelópidas y Epaminondas

Epaminondas nació en el seno de una familia humilde y es descrito como una persona discreta, reflexiva y prudente. Nunca se casó ni tuvo hijos y siempre sintió una gran pasión por la filosofía, especialmente por las enseñanzas del filósofo pitagórico Lisis de Tarento, que le condujeron a llevar un modo de vida casi ascético.

Pelópidas, por el contrario, procedía de una familia adinerada. Era enérgico e impulsivo y dedicaba su tiempo a entrenarse en la palestra, asi como en ayudar a los más necesitados.

Su amistad surgió en el año 384 a.C, en una en una expedición contra Mantinea, en la que combatieron como aliados de los espartanos. Cuando el ala espartana se derrumbó, los dos jovenes unieron sus escudos y continuaron soportando el ataque de sus enemigos. Tras recibir varias heridas Pelópidas cayó al suelo y Epaminondas se negó a abandonarlo. Poniendo en riesgo su propia vida, continuó luchando a su lado hasta que el resto del ejército acudió en su auxilio. 

Pelópidas, Epaminondas y el Batallón Sagrado de Tebas

Liberación de Tebas

En el año 382 a.C, los espartanos invadieron Tebas. Varios políticos, entre ellos Pelópidas, se vieron obligados a huir y buscaron refugio en Atenas. En su exilio, Pelópidas animó a los suyos a levantarse contra los espartanos y junto a Epaminondas, ideó un plan para expulsarlos de la ciudad

Una noche, vestidos de mujeres, Pelópidas, Epaminondas y un grupo de voluntarios se infiltraron en el banquete celebrado por los espartanos. Cuando estos se encontraban relajados y bebidos, los tebanos tomaron las armas y se abalanzaron sobre los sorprendidos espartanos, acabando con la guarnición apostada en la ciudad.

Pelópidas, Epaminondas y el Batallón Sagrado de Tebas

Comienza la guerra

Tras derrotar a varios contingentes espartanos, que habían sido enviados para reconquistar Tebas, Pelópidas decidió pasar a la ofensiva y puso en marcha una expedición contra la ciudad Beocia de Orcómeno.

El asalto a la ciudad fracasó y en su retirada, los tebanos tuvieron que hacer frente a dos compañías espartanas.

En esta batalla, Pelópidas reunió en una formación cerrada a sus trescientos hoplitas, dando lugar al nacimiento de la unidad de combate más famosa del ejército tebano, el Batallón Sagrado.

El Batallón era una unidad de élite que se destinaba a las misiones más peligrosas. Estaba formado por 150 parejas de amantes, cada una de las cuales incluía a un guerrero veterano de entre veinticinco y treinta años, denominado erastés o amante, y un joven de unos dieciocho años, el erómenos o amado.

Esta unidad buscaba estimular el espíritu combativo de sus miembros y su fuerza se basaba en la siguiente idea recogida por Plutarco:

“Para varones de la misma tribu o familia hay poco valor de uno por otro cuando el peligro presiona; pero un batallón cimentado por la amistad basada en el amor nunca se romperá y será invencible; ya que los amantes, avergonzados de no ser dignos ante la vista de sus amados y los amados ante la vista de sus amantes, deseosos se arrojarán al peligro para el alivio de unos y otros”.

La eficacia de esta unidad permitió a los tebanos conseguir la victoria y poner en fuga al ejército espartano.

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Batalla de Leuctra

En el año 371 a.C se produjo la batalla que marcó el principio del fin de la hegemonía espartana en Grecia. Tuvo lugar en la llanura de Leuctra donde Pelópidas y Epaminondas combatieron a la élite de las tropas espartanas al frente del Batallón Sagrado.

Utilizando una técnica conocida como orden oblicuo, los tebanos lograron romper las líneas de los que hasta entonces eran considerados los mejores guerreros de Grecia. El rey espartano Cleómbroto fue uno de los primeros en caer e inmediatamente su ejército comenzó a retroceder, siendo derrotado de manera aplastante.

Al año siguiente, los tebanos invadieron el Peloponeso y atacaron Esparta, pero la ciudad logró resisistir.

Pelópidas, Epaminondas y el Batallón Sagrado de Tebas

La muerte de los héroes

En el año 366 a.C, Pelópidas respondió a la petición de ayuda de los tesalios y fue hecho prisionero de Alejandro, tirano de la ciudad de Feras. Al enterarse de lo ocurrido, Epaminondas se puso al frente del ejército tebano y sitió la ciudad, obligando a Alejandro a firmar una tregua a cambio de la liberación de su compañero.

Dos años más tarde, Pelópidas acudió de nuevo en ayuda de los tesalios y se enfrentó al ejército de Alejandro en Cinoscéfalas. Pero en esta ocasión, su arrojo y temeridad le costaron la vida.

Tras dar la orden de ataque a la caballería, Pelópidas avanzó entre los suyos para combatir en primera línea. Cuando al fin se encontró frente a Alejandro, uno de los guardias personales del tirano logró atravesar su armadura con su lanza, arrebatándole la vida.

La muerte de Epaminondas, de David Angers

Alejandro fue derrotado pero los tebanos lloraron la pérdida de su general. Los tesalios, como gesto de agradecimiento, se ofrecieron a llevar el cuerpo de Pelópidas de vuelta a Tebas, donde se realizaron unos magníficos funerales en su honor.

Epaminondas no estuvo presente en esta batalla, pero encontró la muerte de forma similar. En el año 362 a.C se puso al frente de sus tropas para combatir a las fuerzas aliadas de Mantinea, Esparta y Atenas.

Los tebanos lograron romper una vez más las filas de sus enemigos y ponerlos en fuga. Pero en medio del caos organizado por la desbandada de las tropas, una lanza arrojada al azar alcanzó a Epaminondas.   Herido de muerte, Epaminondas recibió la noticia de su victoria, y pronunció sus últimas palabras:

“He vivido suficiente, ya que muero sin haber sido derrotado jamás”.

Autor: Carolina Álvarez Díaz para revistadehistoria.es

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Fuentes

-ASIMOV, Isaac, Los griegos, Madrid,  Alianza Editorial, 1988.

-AA.VV., Historia de Grecia Antigua, Madrid, Catedra

-JENOFONTE, Helénicas, Madrid, Alianza, 1989.

-NEGRETE, J., La gran aventura de los griegos, Madrid, La esfera de los libros 2009

-SÁNCHEZ, J.P., El mundo de Alejandro, Historia, National Geographic, Especial Grecia, el apogeo de una Civilización

-SÁNCHEZ, J.P., Guerreros de Tebas, Historia. National Geographic, nº111

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