Jueves 10 de julio de 2003. Una insuficiencia hepática frena el corazón de Roberto Bolaño. Es el fin de su vida. El comienzo de su leyenda. “Se trata del autor de la lengua española posterior al Boom con más impacto en la literatura mundial (…) La juventud latinoamericana lo lee de rodillas y jura por él. Los escritores jóvenes encuentran en sus libros un mundo que les habla a su oído”, opina Santiago Gamboa en una nota publicada hoy por el El País, de España. El escritor colombiano recuerda la influencia de Bolaño en el planeta de las letras, señala los temas principales de sus libros y suelta anécdotas: “Lo que más recuerdo de él son sus largas llamadas telefónicas para hablar sobre mil temas, casi siempre literatura pero también cine o fútbol”. Y la mirada profunda de Bolaño sobre la pelota dejó una frase contundente. Inmortal. Como cada uno de sus libros. Pasen y lean.
“A mí siempre me pareció más interesante marcar un gol en contra que un gol. Salvo si uno se llama Pelé, es algo eminentemente vulgar y muy descortés con el arquero contrario, a quien no conoces y que no te ha hecho nada. Mientras que un gol en contra es un gesto de independencia”.