El gran avance de la coalición de liderada por Obrador, que se ha quedado a tan sólo seis puntos de la presidencia y ha obtenido la victoria en la cámara de DF y en estados importantes de la unión como Tabasco, Guerrero, Veracruz, Oaxaca… así como el apoyo de gran parte de losjóvenes mexicanos, no ha sido capaz derrocar a un PRI ha sabido y podido explotar mejor el descontento de la sociedad mexicana.
El próximo presidente ha sabido deshacerse y domar a sus adversarios dentro del partido y se ha rodeado de las viejas élites del PRI. Su gran imagen, que le ha convertido en un ícono para millones de mujeres, su pragmatismo y quizás su capacidad para ser moldeado por los viejos priistas le han convertido en el candidato perfecto para el consenso, tanto dentro del PRI como en todo México. Sin embargo, tampoco tendrá las cosas fáciles para realizar los cambios que pretende pues tendrá que lidiar con un gobierno de izquierdas en DF y con una cámara tripartita en la que no tendrá mayoría suficiente para sacar adelante por sí solo todas sus propuestas. El PRI tendrá que hacer grandes pactos con el PAN y la izquierda para llevar a cabo las reformas fundamentales que requerirán en muchos casos dos tercios de la cámara.