Hoy voy a escribir un artículo políticamente muy incorrecto. Y es que parece que en estos días está prohibido hablar mal de Facebook. Sí, todo el mundo a tu alrededor te impone la obligación moral de alabar esta aplicación. Si no estás en Facebook eres un torpe, un anticuado, un marginado, un apestado... Pero si, encima, se te ocurre criticarlo, te conviertes en un ser abominable, un anti-todo, algún ser maligno digno de ser exterminado cuanto antes.Pues bien, para aquellos seres de categoría superior, aquéllos que se sienten mejores por colgar en Facebook hasta una foto de la etiqueta de sus calzoncillos, aquéllos para los que su "estado" se define como: "saliendo del portal de mi casa", "esperando el segundo plato en el chino de la esquina" o "intentando llamar a mi chorbi pero da comunicando", quisiera proponerles un reto:Saber qué información tiene este gran hermano de ellos: averiguar de qué se han hecho fan, qué tests del tipo "qué producto Mercadona eres" han contestado y a quién ha ido a parar la información que han contestado, quiénes de su entorno leen el mensaje que un(a) supuesto/a amigo/a, al que admitió hace dos meses por error, escribió el mes pasado en su muro, y que reza "¿quieres pasar una noche caliente? Sé que te gusta...". El reto también pasa por tratar de eliminar alguna información, por ejemplo, desvincularte de ese "amigo" que escribe cosas poco oportunas en tu muro.Estoy convencido de que más de uno va a verse contra un muro. Y ya no habrá vuelta atrás. Has decidido dar el paso. Quizás dentro de unos años tu reputación se destruya, quizás te despidan de tu trabajo al buscar tu perfil en Facebook, quizás tu pareja te abandone. Es probable que para entonces sólo recuerdes que un incierto día empezaste a regalar tu intimidad a una empresa con mucho ánimo de lucro llamada Facebook, sin saber por qué, y que ya no hay solución.www.antonioflores.es