«Penumbra» - Relato

Publicado el 17 septiembre 2015 por Carmelo Carmelo Beltrán Martínez @CarBel1994

Fuera estaba oscuro, apena se podía ver la ventana de la vivienda contigua. Era lo que tocaba. La penumbra de la madrugada era mi compañera, mi fiel sierva en esta tarea que nadie me encomendaba pero que yo mismo me adjudicaba: escribir mi novela. Únicamente se sentaba un candelabro junto a mí. El jolgorio y las luces del día se enfrentaban constantemente a mi inspiración. La claridad frenaba mi cerebro, por lo que cuando me sentaba en mi silla e inclinaba mi torso sobre el barril que hacía de mesa, para poder asir la pluma y el depósito de tinta, las ideas eran incapaces de circular hasta la punta de mis dedos. Había algo que las obstaculizaba.
Fuese lo que fuese, esto no ocurría en la oscuridad. Desde siempre la había considerado mi amiga. Me cuidó desde que era joven e introducía mi mano en las bolsas para poder llevarme algo a la boca. Ella era mi aliada, entre sus sombras podía trabajar. Cuando erraba me proporcionaba un camino para esconderme. Hoy en día soy un hombre respetable, o por lo menos eso cree la gente. Cambié el hurto por el papel y mi vocación por un nuevo arte. Cada día me siento aquí y escribo el artículo que ocupará la portada del próximo diario vespertino, sin embargo, es únicamente en la noche cuando la creatividad corre por mis venas y me permite trabajar en mi obra, mi libro, mi legado.
Es todo lo que tengo y es todo lo que he sido. En él está mi amor, mi tristeza y mis horrores. Mi mente se desnuda sobre el suave tacto de la hoja recién escrita. Inspiro su aroma y me revoluciona el cerebro. Miles de ideas danzan juntas de la mano mientras trato de ordenarlas para decidir en qué orden van a ser liberadas.
@CarBel1994