Con gesto serio al volante de su coche, el jugador portugués llegaba a primera hora de la mañana a la clínica Sanitas La Moraleja para ponerse en manos de los doctores que tenían que evaluar la lesión que se produjo el pasado miércoles en Zorrilla en el partido de Liga ante el Valladolid.
Las noticias no han sido positivas y Pepe se encuentra muy afectado psicológicamente, pero a partir de ahora se pondrá a trabajar con un único pensamiento: recuperarse cuanto antes para estar a disposición de Ancelotti para la final de la Champions. El reto no será fácil, pero el portugués lo intentará, ya que no quiere perderse la cita de Lisboa a ningún precio.