Cada club tiene como señas de identidad su escudo y el himno que pone música a su historia. El mayor activo, sin duda, es la afición, que se encarga a lo largo del tiempo de señalar a los jugadores que pasen a formar parte del cuadro de honor de cada entidad. Lo más valorado es presumir de un chico que empiece su carrera como canterano muy joven y luego triunfe con la camiseta del equipo de su ciudad hasta llegar a convertirse en un estandarte.
Como ejemplos, Butragueño (R. Madrid), Guardiola (FC Barcelona), Fernando Torres (Atlético de Madrid) o incluso Francesco Totti (AS Roma). Hoy, TresCuatroTres tiene la oportunidad de entrevistar a uno de esos estandartes: José Manuel Mejías, más conocido como Pepe Mejías. Un símbolo del Cádiz.
Curiosamente, uno de los mitos del cadismo debuta con la camiseta amarilla en el campo del máximo rival, el Jerez. ¿Fue un debut agridulce, por el escenario o la derrota (2-4) ante el Español?
En absoluto. Esa temporada jugaba como cedido en el Jerez Industrial y me sentía muy querido en la ciudad. Luego, pude debutar en Carranza ganando al Burgos 4-0 y haciendo mi primer gol. Pero mi primer partido con el Cádiz con solo 17 años me hizo muchísima ilusión.
En 1981 el Cádiz asciende a primera ganando en Elche con un gol suyo. Dos años después, también se logra ascender ante el mismo equipo y marca dos tantos en ese partido. ¿Es ese equipo el mejor que se le daba?
Al final de mi carrera jugué en el Elche una temporada e hice muchos goles. Pero en esa época que me hablas, la verdad es que ese equipo se nos daba muy bien en general.
Salva Mejías sube al primer equipo del Cádiz y coincide con usted. ¿Qué supone jugar en el equipo de su ciudad junto a un hermano?
Luego también coincidimos en el Murcia y en el Elche. Sin duda, jugar junto a mi hermano fue algo muy especial. Sin embargo, ese primer año que jugamos en Cádiz estuvo marcado por la muerte de mi padre. Eso me dejó un cierto sabor agridulce porque luchó mucho para que pudiésemos cumplir nuestro sueño de ser futbolistas y no pudo vernos con la camiseta amarilla.
Se va al Zaragoza, que acababa de ser campeón de copa. Ese año juega la Recopa de Europa y les elimina un potente Ajax, entrenado por Cruyff y con jugadores como Rijkaard, Van Basten o Bergkamp. ¿Qué recuerdos guarda de aquel enfrentamiento?
Con 27 años, tras nueve temporadas en el Cádiz, quise aceptar el reto de jugar en un gran club como el Zaragoza, que me ofrecía la posibilidad de luchar por algo que no fuera evitar el descenso. Antes de esa eliminatoria, habíamos vencido a la Roma, otro gran equipo. Podríamos haber jugado con el Ajax en la final, pero tuvimos la mala suerte de cruzarnos en semifinales. Entonces era uno de los mejores equipos de Europa e incluso llegó a ganar aquella competición. Ya Cruyff comenzaba a dejar su sello personal como entrenador. De todas formas, competimos muy bien, sobre todo en La Romareda, donde tuvimos nuestras opciones de victoria.
Luego recala en Murcia y Rayo, antes de volver a Cádiz. Solo estuvo cuatro años fuera.
Tras dos años en Zaragoza, tuve roces con el entrenador y no veía avances en mi carrera. En Murcia tuvimos mala suerte y descendimos, a pesar de contar con un gran equipo. Me operé de pubis y el Rayo apostó fuerte por mí. Tenía dos años de contrato pero Manuel Irigoyen me convenció para volver al Cádiz, que ya se había asentado en Primera División. Mi deseo era retirarme en el club de mi tierra, pero no pudo ser y tuve que salir de nuevo.
Llega el FC Barcelona dispuesto a cantar el alirón y le dan una paliza ganando por cuatro a cero, con dos goles suyos. Y eso que estaban a punto de descender...
Era el potente " Dream Team". Faltaban cinco jornadas para el final y el Cádiz acababa de destituir a Héctor Veira. Ramón Blanco se hizo cargo y conseguimos enlazar cinco jornadas sin perder. El equipo, como este Cádiz actual de Cervera, estaba muy bien trabajado. A los cuatro minutos marcamos y nos salió un partido redondo jugando a la contra. Esos tres puntos fueron de oro y nuestra afición vibró con aquella victoria.
Empecé a jugar con diez años en el equipo de mi ciudad. Soy gaditano por los cuatro costados y me identifico con todo lo relacionado a mi tierra. A pesar de no ser delantero, hacía muchos goles y conecté muy pronto con la afición. Agradezco a Manuel Vizcaíno el sitio que me ha dado en el club y el homenaje que me hizo al concederme el nombre de esa puerta. Me siento, en efecto, tremendamente orgulloso.
Vamos con un tema muy de actualidad. ¿Está a favor del VAR?
Sí, pienso que es un avance necesario en el fútbol. Pero todavía hay mucho camino que recorrer hasta llegar a aunar criterios.
¿Qué entrenador le marcó más?
Dragoljub Milosevic hizo anímicamente un gran trabajo con un Cádiz plagado de canteranos de la provincia. A Paquito también lo recuerdo con cariño. Pero, sin duda, el que más influyó en mi carrera fue Benito Joanet.
No puedo resistirme a preguntarle por Mágico González.
Ese tema me lo plantean siempre. Tengo una gran amistad con él. Jorge llegó a Cádiz muy joven y conectamos enseguida. Yo ya era de la terna de capitanes, me encargaba de recogerle y llevarle a los entrenamientos, aunque a él no le gustaba demasiado y se aburría hasta el punto de saltarse algunos entrenos. He visto a muchos buenos jugadores y Mágico es de los más completos, aunque mi verdadero rey es Pelé.
Pepe Mejías no quiere terminar la charla sin recalcar su agradecimiento a entrenadores que tuvo en la cantera, como Guerrero o Escarti y hacer una reseña a su paso por otros equipos como Elche, San Fernando o Conil. Nos da las gracias por el interés y para despedirle se me ocurre el comentario de una de las numerosas letras de Carnaval que le han dedicado:
Only you Mejías.