Nos fumios de vacaciones a principios de agosto directos a celebrar el cumpeaños de dos amiguitas de Daniela, con un par de bizcochos, fondant y un montón de herramientas en la maleta. La tematica era una petición especial: Peppa Pig.
Ibamos a Italia y llevar la tarta montada con todas las maletas y 8 horas de viaje era impensable. Así que hice los bizcochos unos días antes del viaje, los congelé y los transporté congelados en una bolsa-frigo. Llegaron congelados! Al día siguiente despues de toda la noche en la nevera, aún seguían congelados. La familia Pig también salió de Barcelona en un tupper bien envuelta para que no sufriera ningún daño... Y llegó en perfecto estado!
La fiesta era para cenar, así que en cuanto me levanté me puse manos al pastel. Lo primero fué sacar el bizcocho de la nevera para que atemperase y luego me puse con los detallitos de la tarta: florecitas, patitos, hojas, letras...
Después me puse con el relleno: buttercream de fresa y a rellenar. Una vez montada la tarta, al frigo... y aquí empezaron mis problemas. Para empezar hacía un calor y una humedad terribles y el fondant eran inmanejables. Y aún peor era que la nevera no enfríaba lo suficiente para endurecer la buttercream, así que era imposible cubrirla de fondant.
Pasadas 2 horas y con el tiempo que se me venía encima pasé al plan B... Pasando de fondant! Teñí de verde la buttercream que me había sobrado (por suerte) y cubrí otra vez la tarta de una forma irregular (así se ven menos los defectos, jejeje).
Y a decorar! Como siempre, de la idea que llevaba a lo que fué, ni parecido... Pero a las niñas les encantó, sobre todo comerse el fondant. Se pusieron las botas!