Pepsi Invader y Coca Cola Kid: “Guerra de gaseosas en 8 bits”

Publicado el 05 febrero 2016 por Ludopharmacos @ludopharmacos

Es una verdad mundialmente reconocida que una empresa gigante, poseedora de una gran fortuna, necesita un videojuego.

La frase con la que arrancamos este posteo viene dando vueltas en la industria de los jueguitos desde prácticamente el inicio de la misma, allá por los mediados del siglo XIX, cuando aparecían las primeras máquinas de arcade mecánicas y de madera. Las empresas que se llenaban de guita no sabían que hacer e invertían en boludeces para que el ocio de la naciente clase laburante se transforme en un negocio redituable. Quizás en algún momento volveremos a retomar unos posteos sobre las primeras máquinas de Sega.

Ahora bien, los juegos fueron evolucionando conforme la tecnología avanzó y cuando se pasaron al mundo digital todo cambio, como ya sabemos. Es a partir de la Atari cuando vemos que las empresas empiezan a desenvolver sumas desopilantes de guita para así maximizar sus utilidades. Algunas veces, el simple hecho de licenciar un producto archiconocido y poner fangotes de guita no alcanza para generar un éxito: tal es el caso, como todos saben -y si no lo saben o lo intuyen están en el sitio equivocado-  del ET de Atari.

Es justamente con Atari que la industria explota como nunca antes, para luego caerse a pedazos y renacer con Nintendo. El resto es historia y está sucediendo. Pero en los 70 todo era nuevo y había que inventar, crecer, explotar, renacer. Se necesitaba guita, inversiones e ideas. Y justamente Atari consiguió todo eso y muy rápido. Atrajo la atención de muchas empresas tradicionales, entre las cuales estaba el gigante rojo de las gaseosas, es decir, Coca Cola.

En el verano yanki del 83, a tan solo 6 meses del estrepitoso fracaso de Atari con la porquería del ET, la empresa se preparaba para una de las más grandes convenciones de la época: la Consumer Electronic Show (CES). El destino de Atari ya era la muerte pues ese año los compradores del chasco de ET devolverían casi la totalidad de las copias, la amenaza de la NES era cada vez mayor y todo se estaba yendo al diablo. Pese a todo esto, Coca Cola estaba presente en la CES y Atari distribuyo a personal y ejecutivos de Coca Cola 125 copias del Pepsi Invaders o Coke Wins!, una versión modificado del Space Invaders:

Esta fue la primera incursión del gigante rojo en el mundo de los videojuegos digitales. Quien sabe cuantos litros de coca regalaron a los muertos de hambre de Atari solo por hacer esta terrible pelotudez. El juego, como pueden ver, es exactamente igual al Space Invaders solo que en vez de naves marcianas debemos derribar las letras que forman el nombre del mayor competidor de Coca.

Gracias a dios esta pelotudez atómica jamás salió a la venta en el mercado comercial, siendo solamente distribuido a gente de Coca Cola. Creo que no hace falta explicar en qué consistía. Solo me gustaría aclarar que no es el primer intento de Atari de juntar guita mediante ardides publicitarios de muy dudosa calidad, un tiempo antes lanzaron el Kool Aid Man, esa jarra roja de gasoil o que se yo que producto que nunca llegó por estas tierras pero que siempre vi y nunca entendí de qué carajo era. Parece esos jugos berretas de colores brillantes con kilos de azúcar que Eugenio consume para palear su trastorno de ansiedad.

No sabemos a ciencia cierta si esta fue la primer movida de Coca Cola para pegarle a Pepsi o fue simplemente una chupada de medias de Atari al dueño de Navidad y Papa Noel. Lo que terminaron logrando es aportar al mercado de boludos que coleccionan juegos, pues la mayoría de las copias se perdieron y solo unas cuantas pululan en mercados de subastas a precios irrisorios. Lo que importa es que The Coca Cola Company siguió intentándolo y en el 94′ salía, para la Sega Game Gear:

COCA-COLA KID

Este jueguito salió pura y exclusivamente para el mercado nipon, pues el protagonista es, aparentemente, un chico que supo ser la mascota de Coca-Cola en terreno japones.

Esta vez estamos ante un juego real, no como el anterior ardid publicitario. Tuvieron que pasar 11 años y un cambio de plataforma y de generación de consolas para que Coca Cola hiciera un juego de verdad. Esta vez armaron un juego de plataformas que para ser sinceros, no está tan mal.

Apenas arranca el juego aparece el clásico logo de Enjoy Coca-Cola pero con un detalle: sale de los parlantes de la Game Gear (en este caso, de mis auriculares de 40$) el increíble sonido de una coca de vidrio destapándose y el inconfundible efecto de las burbujas entrando en nuestro torrente sanguíneo. Es imposible no salir corriendo a comprar una y echarle licores varios.

Luego,la historia, que es de las peores que he presenciado. Un chico (el Coca-Cola Kid) presencia como un punk yanki de Japón secuestra a su maestra de escuela y decide ir a rescatarla. Ya se que para nosotros dicho suceso podría haber sido incluso perpetrado por nuestro vandalismo juvenil, pero se ve que en las tierras niponas las cosas son distintas: los jóvenes escolares son buenos y aman a sus docentes, tanto como para salir a rescatarlos.

A partir de ahí deberemos recorrer cinco escenarios en busca de nuestra queria docente. En este sentido, estamos ante un excelente juego de plataformas que es peculiarmente parecido al Sonic, especialmente a su versión de Game Gear. Dicen las malas lenguas que utiliza el mismo motor gráfico que el del erizo azul. No por nada los niveles están dividos en Stage (Zonas, en el sonic)

Mediante increíbles patadas voladoras y circulares destruiremos todo lo que se nos cruce: cabinas telefónicas, cachos de edificios, carteles de coca cola y enemigos, sobre todo enemigos. Son de lo más extraños: boxeadores karetekas, gordos con ropas extrañas, pajarracos, japoneses con jetpacks,ninja y otros personajes totalmente absurdos. Además, si mantenemos presionado hacia abajo y el botón de patada, nuestro niño saldrá disparado cual Sonic, llevándose todo puesto.

En nuestra aventura loca,podremos agarrar items que nos ayudaran en nuestro periplo. Un frisby que nos permite el ataque a distancia, coca colas para curarnos, una patineta que desafía la gravedad y unas monedas que servirán para comprar vidas,continues, frisbys.

Al final de cada nivel lucharemos con un boss. Son extremadamente fáciles de ganar. Lo divertido está en los niveles, que suelen ser largos, llenos de recovecos y lugares secretos, además de tener varios caminos para llegar al final (otra cosa similar al Sonic).

Si bien el juego es totalmente absurdo tanto en su argumento, los niveles (es japonés pero hay un stage en el Central Park, el ultimo nivel es en una disco…) son divertidos, la jugabilidad es bastante buena, los gráficos son hermosos y la música no se queda atrás. La Game Gear es una excelente consola que lamentablemente no pudo con el éxito pornográfico de la Game Boy.

De esta forma Coca Cola se redimió e hizo un juego decente, muy bueno para ser sinceros. Ni siquiera se menciona a la competencia, como en el anterior, donde no sabemos si Atari o Coca se quisieron hacer los pijas largando tremenda pedorrada.

El juego venía, incluso, en una versión especial: la Coca Cola Game Gear. Probablemente haya que empeñar un riñon sano -que no tenemos- para hacerse de una de estas:

Hasta acá lo que sabemos respecto a videojuegos auspiciados por Coca Cola. Quizás haya más, pero en este sitio nos dedicamos a los juegos y no a todas esas pelotudeces de las páginas de 10 pesos hechas con virus de flash.

Dejamos, eso si, la discusión abierta: ¿Quién gana la batalla de las gaseosas en los videojuegos? Proximante Eugenio responderá esa pregunta cuando hable de los jueguitos de Pepsi.