Pequeñas anécdotas sobre las colecciones (II): Star Wars.

Publicado el 30 abril 2011 por Queplanetageneroso

Tal como les comentaba en esta entrada, iré subiendo algunas reseñas sobre objetos raros de diferentes colecciones con los que me he topado, un poco como excusa para hablar de ellos y reseñar algunas joyitas que no valen ni el material con que fueron hechas. ¡Y eso las hace aún mejores!

Hoy le toca el turno al fanatismo más enemigo del bolsillo que existe: Star Wars. Ese imperio de muñecos, cómics, libros, ropa, sábanas, luncheras, juguetes, maquetas, dioramas, bustos, disfraces. Ah, y películas.

Vale una aclaración preliminar. Tengo unas cuantas cosas de Star Wars, digamos, pero todas ellas poseen dos condiciones excluyentes. Son libros, cómics o revistas y son del período que abarca de 1977 a 1998, aproximadamente. Y, si es posterior, sí o sí tiene que ver con la Trilogía Original. A partir de ahí, bienvenidos a bordo.

“I’d just as soon kiss a wookie!”: Las malditas frases hechas.

Corría 1996 y la meseta de Star Wars llegaba lentamente a su fin (tomen “fin” todo lo apocalíptico que puedan). Faltaban apenas tres años para que Jar Jar Binks irrumpiera en nuestras vidas y dos años menos para que se reestrenaran las películas que nos habían signado la vida incluso si no habíamos nacido para verlas en su momento adecuado. Sólo un error de cálculos.

El merchandising de la saga era ya parte del paisaje de convenciones. No había nada que no se hubiera inventado, o eso parecía. Y entonces a Stephen Sansweet, cuyo cargo dentro de LucasFilms es el creepy “Director of Content Management and Head of Fan Relations“, decidió compilar todas las frases célebres de la entonces trilogía y publicar un librito de bolsillo (porque la idea es llevarlo encima y sacarlo en esos momentos de necesidad dialéctica) titulado “I’d just as soon kiss a wookie!”, en referencia clara a la frase que Leia le decía a Han en los pasillos de la Base Rebelde de Hoth, allá por Empire Strikes Back.

… (silencio) …

Terminé la reverencia. Bueno, y así es como Sansweet publicó este librito de lo más llamativo. Absurdo por donde se lo mire, aunque de esas cosas que cualquier fan querría tener. De modo que, para envidia de quién sea o de nadie, diré cómo llegó a mis manos.

Volvemos al Parque Rivadavia, o Centenario, la memoria es difusa en este punto. El librito estaba como nuevo, abierto pero sin ninguna marca. Al principio llamaba la atención por la tapa con Han y Leia en un cursi momento removido por Irvin Kershner de la copia final de ESB. Se compró como se compran las cosas que aparecen así, sin proponérselo. E investigando un poco después, llegué a conclusión de que era algo bastante raro en estas latitudes. Vale destacar que el libro está en inglés y lo más extraño es que parece poco frecuente incluso allá en el norte.

No hay mucho más que decir de su contenido, no deja de ser una publicación simpática que en sus 104 páginas clasifica las frases según el personaje que las haya dicho. Algunas son las que todos conocemos y decimos al menos tres veces por día (o no?). Otras, sirven para refrescarnos la memoria y ser aplicadas en aquellos momentos que nos separan sólo un poco más de tener un “apto” en nuestros periódicos informes psiquiátricos. Imprescindible.

“Star Wars Science Adventures”: el libro que Stephen Hawkins no entendió

Ohh, monsieur, la Feria del Libro. La Cultura, la radio en vivo, los autores de Dunken firmando ejemplares, muñecos inflables de Borges y María Elena Walsh. Soy de esa gente que va todos los años y en general compra poco al grito de “con la avenida Corrientes estábamos mejor!”. Pero vuelvo siempre. En la Feria del Libro de 2008, finalmente se justificó de un modo absurdo y casi metafísico el recorrido obligado por la Feria de la que ahora es re cool quejarse (por eso lo hago, lo dudaban? soy un bicho de modas).

Resulta que en uno de los stands de libros en inglés, aquellos a los que cualquiera va corriendo para babearse sobre las tapas británicas de lujo y olisquear las hojas nuevas cuando el vendedor no mira, encontré quizás el más sospechoso librito que pueda tener en mi biblioteca. Se trata de “Star Wars Science Adventures: Emergency in escape pod four”. El google mental rápidamente asocia: escena de A New Hope, los droides escapando de la nave de Leia interceptada por el Imperio. Jude Watson y K.D. Burkett, los autores, además le ponen el sello de Real Adventure, Real Science. 

Vamos, méndez! Al fin podré codearme con los estudiantes de ciencias exactas, no por haber entendido algo tan básico como la fuerza centrífuga sino por decir con la frente bien alta que me lo enseñaron androides de ficción. Momento, eso quizás no. Cuestión que este libro es parte de una las colecciones de Scholastic en los que cada libro es “escrito” por alguno de los personajes. Así tenemos The Fight for Justice (Luke Skywalker), Hero for Hire (Han Solo) y Captive to Evil (Leia). En el caso puntual de los Science adventures a este primer tomo de 3PO y R2 lo acompaña un segundo titulado Journey Across Planet X. Publicado en 1999, en plena fiebre de Episodio I, estos dos libros de una serie que quedó inconclusa introducen el efímero personaje de Stuart Zissu, un joven integrante de la Alianza Rebelde.

Y a medida que avanza la historia, los droides explican ciertas cuestiones de la física y la química a través de dibujos y esquemas. Mecánica Popular para niños, un poroto!

Colección Umbral de Tiempo Futuro #4: esos raros peinados nuevos

Hay pocas cosas más interesantes, cuando se analiza una película que dejar de lado todas las opiniones que uno pueda elucubrar y, si se trata de un clásico, darse una panzada leyendo los adelantos que se hacían cuando la película en cuestión estaba por ser estrenada. Y si hablamos de tiempos en que obviamente no existía Internet, muchísimo mejor. En ese marco se inscribe el cuarto número de  Umbral Tiempo Futuro, una revista de divulgación de la ciencia ficción publicada allá por 1977 a cargo de Nahuel Villegas. Año significativo en el mundo de Star Wars si los hay y, si seguimos el segundo titular de tapa, al estreno en Argentina de A New Hope (por entonces Star Wars a secas o, mejor, La Guerra de las Galaxias) se le sumaba todavía el asombro y fascinación por la figura de Charles Manson y su Familia, quienes en 1971 habían sido condenados por el asesinato de Sharon Tate, esposa de Roman Polansky y otras víctimas.

El estreno de Star Wars y una revisión por los crímenes cometidos por Manson eran dos de los temas tratados en esta revista. Si a eso le sumamos una entrevista a Ray Bradbury hecha en la propia casa del genio y una selección de cuentos de Jack London  y demás autores, se completa el panorama de una publicación más que atractiva. Pero lo que nos convoca es la nota publicada por ellos con motivo del estreno del primer episodio que el mundo conoció de esta saga.

Situémonos en que George Lucas era casi un desconocido (sí, ahora con Internet todos tenemos un doctorado en American Graffiti), que buscan información sobre los actores no era tan simple como ir a IMDB y que, ante todo, los estrenos llegaban tarde. Por eso, la nota se centraba en contar, con buen ojo y bastantes expectativas, una historia que a priori no parecía innovar demasiado pero que ya se olía venir por el lado del quiebre. La fuente fundamental de la nota eran los informes que llegaban de la FOX, con algunos datos breves sobre la vida de Lucas y una llamativa versión a su ex esposa Marcia como ‘compaginadora’ del film (tarea que, yo no sabía, también hizo en Taxi Driver y New York New York).

Pero para verlo mejor, dejaré un scan de la nota acá (próximamente).

Y con la reiterada promesa de quenosecorte esto se termina acá, pero seguirá por mucho más tiempo.

Que la Fuerza los acompañe!

=Malena=

Ver “Pequeñas anécdotas… 1″