Estas en las pequeñas cosas. En una sonrisa fugaz, que sólo tú y yo entendemos. En el leve movimiento de la tela al tender y estirar tus piernas sin que sepas que te miro. En sentir tu respiración tranquila a través de la mano sobre tu espalda. Te has dormido y sólo yo soy el guardián de tus sueños. En compartir el café, el tuyo frío, mientras vemos que tiempo hace un domingo, y la mañana y Madrid nos regalan un sol de primavera. En reírte de mi porque hago tonterías. En jugar con tu pelo entre mis dedos o con tu mirada entre ventanas. En verte soplar una cuchara antes de darme a probar un guiso, y querer ser una pieza de cubertería. En verte bajar la escalera y convertir un simple rellano en un simple palacio.
Estáis en las pequeñas cosas. En responder cuando os parece que las cosas no van tan bien como debieran. En sonreir sin que sea absolutamente necesario. En escuchar en noches donde hasta las farolas parecen emitir una luz dormida. En leer versos escritos a vuela tecla. En donar un segundo a crear horas de paseos por un patio de vecinos. En enseñarme pequeños mundos propios a vista de pájaro. En guiñar un ojo escrito, en hacer de dos puntos y un paréntesis un puñado de sonrisas. En disfrazar tantos minutos de lunes de mañanas de domingo.
Estas estáis en las pequeñas cosas, en mis pequeños cofres, en mis pequeños ratos, en mis pequeñas vidas. Esas que abro en un rincón de los desvanes de aquí dentro, esas que pongo en un marco de los chinos en aquella estantería. La misma de los cajones repletos que no se quejan por mezclar en su interior llaveros de regalo y pegatinas que no pegan ni por tiempo ni por ganas. En los portalapices de tazas rotas sin querer y latas rotas queriendo, junto a ese lápiz que escribió un te quiero, y al Bic 4 colores que ya no escribe pero trae recuerdos.
Eres sois mis pequeñas cosas, en estos pequeños días, en mis pequeñas vidas.
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