Pequeño Azul y Pequeño Amarillo, de Leo Lionni.

Por Elisa Hernández @ElisaHernandezG
Tenía ganas de trabajar con mis alumnos de 3 años las mezclas de colores poniendo un poquito de témpera de un color en la mano derecha, un poquito de otro color en la mano izquierda y juntándolas para descubrir el color que sale como resultado de la mezcla. La actividad imagino que la conocéis por lo que me gustaría compartir un momento de esos que además de ser de educativamente excelentes hacen nuestra profesión maravillosa. Y recomendaros un cuento ideal para contar antes y dramatizar después con las manitas llenas de pintura. Es Pequeño Azul y Pequeño Amarillo, de Leo Lionni y editado por Kalandraka. 
Lo protagonizan dos "manchitas" amigas, una azul y otra amarilla. Un día Pequeño Azul va a buscar a su amigo Pequeño Amarillo. No lo encuentra, se asusta y lo busca por todas partes. Cuando por fin le ve, se abrazan tan fuerte que se vuelven verdes... Y... el final del cuento lo podéis descubrir en el libro o aquí:

Una de las manitas de mis alumnos se transformó en Pequeño Azul con témpera de este color. La otra fué Pequeño Amarillo del mismo modo.

Fuimos contando el cuento y dramatizándolo con las manos y cuando llegamos al momento del abrazo juntaron sus manos muy fuerte, muy fuerte, muy fuerte y....¡¡magia!!. Sus caras de asombro fueron aboslutamente maravillosas. Nunca antes habíamos hablado de la procedencia de los colores (aunque habían hecho mezclas en el rincón de arte de forma espontánea) por lo que supongo que les pareció algo mágico que el azul, el amarillo o el verde, que los veían como algo cerrado y sin opción a transformación, surgiesen así, como los personajes de un cuento.


Terminamos el cuento y yo pensaba cerrar la actividad viendo los tonos de verde, que no eran todos exactamente iguales porque no había echado la misma cantidad de azul y amarillo en todas las manos. Pero los niños empezaron a pedir "¡Ahora échanos blanco!" y a preguntar "¿Y si abrazan a pequeño naranja?" así que la experiencia nos dio mucho juego. Partiendo del verde pusimos el blanco, luego el naranja y luego algún otro color que pidieron. Fuimos viendo el resultado y cuando las manos se volvieron casi negras (les llamó mucho la atención que conforme íbamos añadiendo más colores oscuros más marrón-negras se volvían nuestras manitas) nos las lavamos. 

Y tenían tantas ganas de mezclar más colores que volvimos a empezar y contamos un cuento con una mano que seguía siendo Pequeño Amarillo y otra que ahora era Pequeño Rojo. Descubrimos el naranja y sus tonalidades, el morado, el rosa....y volvimos varias veces al marron-negro, que después de convertirlos en gris, volvían al desagüe del lavabo.


Aunque esta entrada no aporta mucha novedad, ¡espero que os haya gustado!. Y si no conocíais el cuento o la propuesta os recomiendo que los convirtáis en un básico de vuestras clases.