Pequeños dioses y otros cuentos blancos, de Tim Pratt

Publicado el 08 junio 2020 por Daniel Daniel Pérez Castrillón @Mangrii
Pequeños dioses y otros cuentos blancosTim Pratt (Silvia Schettin, María Pilar San Román, David Tejera, Roberto Pino, Sergio Saldaña)La máquina que hace PingRústica | 215 páginas | 18€


Advierto desde ya en estas primeras líneas, querido lector o lectora, esta entrada no será una reseña objetiva. En realidad, confesemos todos, ninguna lo es. Cada uno tenemos nuestros gustos, filias y manías. Pero esta es una especialmente poco objetiva. Tim Pratt es mi escritor favorito de relato corto por encima de nombres como Ken Liu, Kelly Link o Neil Gaiman. No me da vergüenza decirlo en voz alta. El autor californiano conquistó mi corazón desde la primera vez que leí un texto suyo. Fue en 2016, con la antología Hic Sunt Dracones de la ya -por desgracia- extinta Fata Libelli, y se titulaba Sueños Imposibles. Por suerte, durante estos años, he podido paliar el mono de leer más a Pratt las pequeñas dosis de Cuentos para Algernon y el cuento que se publico en El viento soñador.
Sin embargo, cuando La máquina que hace Ping anuncio hace unos meses la publicación de una recopilación de relatos del autor, no puedo describir el salto que pegué en la silla, así como su consecuente alarido. Los vecinos, quizás sí. Al fin, Tim Pratt en formato físico. Ha llegado la hora. Pequeños dioses y otros cuentos blancos recopilan en un solo volumen once textos, algunos de los cuales pudimos leer en la antología Hic Sunt Dracones, Cuentos para Algernon y El viento soñador-Cuenta además con un par de relatos inéditos. Una colección de relatos maravillosa y única que sirve para conocer a fondo al escritor californiano con casi todos sus temas habituales, como ahora intentaré tratar de abordar.
Portada de Little Gods: A Collection, por Daniel Conway
La soledad y el dueloDos de los temas y componentes habituales en las historias de Pratt son el sentimiento de soledad y la aceptación de la perdida o duelo. Muchos de los cuentos, como por ejemplo El pez limpiafondos y Pequeños dioses, conjugan estas dos temáticas con historias llenas de poesía, metáfora y fantasía. Pratt aborda la tristeza y lo duro de superar una muerte siempre con una pátina de fantasía. A través de sus palabras supura un sentimiento amargo, y a la vez esperanzador, que penetra en el lector y hace asomar la lagrima con cada final. En El pez limpiafondos, será un hombre que ha perdido a su hermano y se refugia en la caza y captura de un bagre legendario. Soledad y aceptación a partes iguales. Sin embargo, en Pequeños dioses (uno de mis favoritos), Pratt utiliza a imaginarias deidades de las pequeñas cosas para mostrar el doloroso proceso de superación tras una muerte.
El amorOtro de los temas más habituales en Tim Pratt es el amor. Habitualmente, en su vertiente positiva, como el enamoramiento que vemos en la premiada Sueños Imposibles, donde Pete descubre un videoclub que aparece a determinada hora del día con versiones alternativas de clásicos del cine. Allí, conocerá a una dependienta que le cambiará la vida. También lo vemos en Tres peticiones a la reina del infierno, uno de los inéditos en esta colección, y otro de mis favoritos. Una pareja supera una y otra vez los obstáculos en el camino hacia el infierno para poder reencontrarse. También entra esta categoría Romance científico, un pequeño poema que el propio Tim Pratt escribió para su mujer. Leedlo, es precioso.
Poster de Impossible Dreams, de Shir Comay, corto basado en el relato Sueños Imposibles
Pero también podemos considerar una vertiente más triste, o emocional si quieres decirlo de otra forma. Por ejemplo, lo vemos en Carta, un breve relato que emociona al lector con sus apenas trescientas palabras y el amargo sentimiento que transpiran sus palabras. O en El sótano del mundo, otro de mis favoritos. Aquí vemos, como años después tras separarse, un hombre recibe la llamada de su ex novia para que la ayude a encontrar a su marido secuestrado por un dragón que habita en el sótano de su casa. El resultado final, es tan impredecible como sorprendente para el lector.
La fina línea de la realidadLos relatos de Tim Pratt casi siempre juegan con una delgada y delicada línea de realidad. Como decía al principio, Ken Liu o Gaiman son dos de mis relatistas favoritos, y creo que están cortados por el mismo patrón. Sus historias transitan por una fina línea donde realidad y ficción se entretejen con relativa facilidad, sin complicaciones ni grandes alardes mágicos. El ejemplo perfecto es Su voz en una botella, un relato parece un texto autobiográfico, con una pizca de ficción, pero que en general es un relato sobre la vida, los encuentros que van y vienen y las causalidades.
Con un tono totalmente diferente, aunque en el mismo contexto donde la realidad se funde fácil con la ficción, es el conspiranoico Resultados inesperados. ¿Qué pasa cuando descubrimos la esencia de nuestra existencia? ¿Qué ocurre cuando no queda nada más que existir? Un juego metaficcional bastante divertido donde Pratt nos lleva hasta el futuro, cuando millones de seres humanos descubren el pastel de que su vida es tan solo un estudio conductual que se detiene segundos antes del atentado 11-S.
Ilustración de Galen Dara para La copa y la mesa
Fantasía intravenosaPor supuesto, no podía faltar un poco de fantasía pura y dura. Aparte de una casi inabarcable producción de relatos cortos (con 5 colecciones ya publicadas), Tim Pratt es más conocido por la serie de novelas de fantasía urbana de Marla Manson (con 10 novelas y varias precuelas) que escribe bajo el seudónimo de T.A. Pratt. La prueba de su buen hacer la podéis leer en Siegaespectros, donde un hombre que se va a suicidar recibe la visita de un ser que le da una poderosa arma con la que vengarse de lo que quiera, así como de quién quiera. Algo diferente, pero enmarcado también en el contexto más fantastico, tenemos La copa y la mesa, un relato que reimagina el mito artúrico con el objetivo de encontrar y proteger un antiguo y poderoso grial.
Bueno si has llegado hasta aquí y no te esperabas un diez como una casa de grande, solo me faltaba un letrero luminoso gigante anunciándolo. Brillante, magnifica y sensacional. Pequeños dioses y otros cuentos blancos es una antología imprescindible que leer este 2020. Una gran toma de contacto con el autor si no has leído nada suyo, con algunos de sus mejores relatos.
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