El platillo se elevó envuelto en un resplandor cegador. Los padres buscaron a su soñador hijo de nueve años toda la noche. No lo encontraron ni lo encontrarían nunca.
En el lugar donde el platillo se elevó una mancha aceitosa y cenicienta tenía una forma extrañamente humana. El piloto consultaba al capitán de la nave estelar:
- No sé... ha sido un raro despegue. Como si algún animal se hubiera adherido a las toberas de los reactores.
- No te preocupes; a los animales les gusta acercarse al módulo de reactores por el calor. Cuando lleguemos a nuestro destino mandaré revisar esas toberas.