- Sí, desde que se conectó a la Supercomputadora Alfa ha podido ya dormir.
- Pero ¿qué le pasó exactamente?
- Verás, le habíamos conectado a las mejores computadoras psíquicas de la galaxia, pero ninguna dio con el remedio; ninguna acetó con el remedio para su locura. Ayer conseguimos hora para una conexión con S-alfa. Cuando comenzó a analizarle los técnicos se extrañaron: nunca había tardado tanto en diagnosticar un paciente. Cuando por fin lo hizo, en la pantalla apareció un nombre: "Gustavo Afolfo Becker" junto con un antiguo libro: "Rimas y leyendas"; y a continuación comenzó a colocar en filas una serie de palabras inconexas formando pequeñas columnas: "Olas que braman..." y cosas así. Dicen los técnicos que sufrió los efectos del sabotaje de un antiguo troyano ocultado desde decenios por los primeros ingenieros disconformes con el Programa de Educación Estelar Practic-5 impuesto en la Galaxia.
- Pero ¿Le han curado la locura?
- No, no lo ha hecho.
- Peor ahora es feliz...
- Sí sigue loco, pero es feliz.