El 12 de febrero de 2392 la Comisión Estelar de Magnicidios salió del hiperespacio. Tenían el tiempo justo para montar el telescopio retrotemporal sobre un asteroide solitario a 4,02 años luz de la Tierra en las proximidades de Alfa Centauro. En diez días tuvieron listo el aparto y ajustada la telemetría. Con las antenas perfectamente orientadas hacia el planeta natal aumentaron el poder resolutivo de la lente electrónica enfocando con perfección la Plaza del Congreso de Washington. Aún tardaron tres días más en eliminar completamente las interferencias luminosas causadas por las ondas residuales de la explosión primigenia del Bing-Bang. Ahora podían leerse con claridad las palabras de la placa ajustada al pedestal de la estatua de Abrahan Lincoln. Faltaban aún dos días para que se recibirian las imágenes del discurso del Presidente de EEUU a la nación pronunciado el 13 de abril de 2387. Se dispusieron a esperar. Cuando, dos días más tarde, éste apareció saliendo del Capitolio la pantalla del ultratelescopio estaba afinada al máximo y el Alto Comisionado ordenó silencio. El Presidente pronunicaba sus últimas palabras cuando cayó abatido por balas asesinas. Los presentes se estremecieron. En la pantallas podían contemplar a la gente corriendo en tumulto hacia las salidas. Los guardaespaldas se agitaban en torno al presidente caído...
Donald llamó a la central de Puerto-Tierra: "Aquí la Comisión Estelar. Fin de la investigación. Confirmado: J. Mackenson es el asesino. Disparó desde la 5ª ventana, lado de la calle Oeste, 6ª planta del edificio Hotel Plaza. Seis disparos con un rifle modelo MK-7. Ya podéis dictar sentencia. Por cierto, su reloj atrasaba 7 segundos"