Películas como Seven o Zodiac sitúan indiscutiblemente a David Fincher como uno de los referentes del thriller con su depurada la técnica narrativa que sostiene el interés del espectador sin cataclismos pirotécnicos ni necesidad de persecuciones inverosímiles entre balas y sonados romances. Se trata de otro tipo de cine. Así las cosas, un realizador no tiene demasiado que ganar sumergiéndose de nuevo en el género en el que ha asentado su gloria, pero como dijo alguien, el mundo es de los valientes; es por ello que estas fechas tienes la posibilidad de asistir en tu cine amigo a una historia notable, con giros, tensión narrativa y polvoriento filtro de realismo en sus localizaciones y personajes que otorgan a su firmante la medalla al valor.
Ligeramente bizarra y algo parsimoniosa a la hora del desenlace, se nota por la duración que el guión está elaborado por la misma persona, Gillian Flynn, que escribió el libro en el que se basa. Demasiado difícil la tarea de capar tu propio trabajo cuando no estás habituado a ello.
El libreto toma cuerpo en tres partes cronológicas muy diferenciadas para contarnos dos historias en una, dos visiones, dos caras de una misma moneda llamada verdad a la que el espectador llega fácilmente como una de las alternativas que se plantea, pues Fincher no pretende mantenernos en vilo a base de juegos mentales. Sin embargo, el aroma del “¿habrá más sorpresas?” flota en el ambiente hasta el final de la obra.
Fincher lo vuelve a hacer y nos sienta ante un mundo reconocible, inquietante, impecable y fascinante que sabes que es real (más, de hecho, que lo que ocurre dentro de él) pero en el que no te gustaría encontrarte viviendo. Interesantes montaje y fotografía aderezan el trabajo que, por encima de cualquier pequeño defecto formal de la película, se muestra en su salsa y encabeza una producción con empaque que nada más empezar se desmarca del telefilm de corte tipo “peliculilla de intriga” tan del gusto de las cadenas de televisión españolas los fines de semana a la hora de la sobremesa. Llegamos así de nuevo a la afirmación del principio: se trata de otro tipo de cine…
Dirección: David Fincher. Título original: Gone girl. País: USA. Duración: 149 min. Género: Drama, thriller. Intérpretes: Ben Affleck (Nick Dunne), Rosamund Pike (Amy Dunne), Neil Patrick Harris (Desi), Tyler Perry (Tanner Bolt), Carrie Coon (Margo Dunne), Kim Dickens (detective Rhonda Boney), Patrick Fugit (detective Jim Gilpin), Emily Ratajkowski (Andie), Missi Pyle (Ellen), Casey Wilson (Noelle). Guión: Gillian Flynn; basado en su novela. Producción: Arnon Milchan, Joshua Donen, Cean Chaffin y Reese Witherspoon. Música: Trent Reznor y Atticus Ross. Fotografía: Jeff Cronenweth. Montaje: Kirk Baxter. Diseño de producción: Donald Graham Burt. Vestuario: Trish Summerville.