Pues parece que debo ser de las pocas que entienden el fenómeno Torrente, y me refiero al género femenino. Torrente es una saga vista mayoritariamente por hombres. Hablo con mujeres al respecto y me miran como si fuera un bicho raro: ¡qué asco!, ¿cómo es posible que te rías con las cochinadas y barbaridades de esa película? Y claro me lo cuestiono y llego a la conclusión de que tanta irreverencia me atrae. No hay santo al que no desvista Santiago Segura y eso me deja a partes iguales alucinada y escandalizada.
Homofobia, racismo, machismo, incorrección política, Belén Esteban, Kiko Rivera…, debería darme vergüenza pero no me la da. Lo que me da es un rato de evasión y risas, además de ganas de reconocerle a Segura que ha conseguido evidenciar los grandes defectos de este país sin que nadie lo lleve al paredón, algo realmente complicado por estos lares. Claro que más de ocho millones de caja en el primer fin de semana son un argumento bastante sólido.