Ése era el famoso epitafio atribuido a Groucho Marx, que jamás ha estado grabado en su lápida en el Eden Memorial Park de Los Ángeles.
Pero, a lo largo y ancho de los cementerios españoles, hay bastantes epitafios que rivalizan en ingenio con el del famoso cómico estadounidense. El sentido del humor está presente en numerosas lápidas de los finados patrios, como aquella leyenda del cementerio de Cistierna (León) que reza: "Estoy muerto. Enseguida vuelvo".
O la del camposanto de Alcobendas (Madrid), donde los hijos de una madre fallecida también se lo tomaron con sarcasmo: "Mami, llegaremos muy tarde. Espéranos despierta".
Todos ellos aparecen en el libro "...Y en polvo te convertirás" elaborado por la periodista Nieves Concostrina y editado por la Esfera de los Libros. El texto recoge una selección de las 1.800 fotografías enviadas por los oyentes del programa de Pepa Fernández: 'No es un día cualquiera' de Radio Nacional, que lanzó el primer concurso nacional de epitafios.
Yo por mi parte no espero ni cremación, ni entierro, espero estar con lo último de la moda que es la disolución, así mis restos desaparecerán de una manera más ecológica quedando solo unas pocas cenizas blancas, que se pueden meter en una cajita con un letrero:
"Traté de que el mundo fuera un poco mejor y no lo logré, pero por lo menos lo intenté".
Y a ti ¿se te ocurre un epitafio?