Pérez Esquivel exculpa a Bergoglio

Publicado el 14 marzo 2013 por Manuelsegura @manuelsegura

El octogenario Adolfo Pérez Esquivel, alguien nada sospechoso para encubrir a cuantos colaboraron con la dictadura argentina, ha sido claro en unas declaraciones a la BBC, reconociendo que “hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero Bergoglio no”. Cuando Pérez Esquivel obtuvo el premio Nobel de la Paz en 1980 lo aceptó “en nombre de los pueblos de América Latina, y de manera muy particular de mis hermanos los más pobres y pequeños, porque son ellos los más amados por Dios”. El activista pro derechos humanos explica que “a Bergoglio se le cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas”. Y añade: “Pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la Junta Militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía”.

Hace tres años, Jorge Mario Bergoglio reconoció en su libro autobiográfico ‘El Jesuita’, luego de testificar en el juicio por el secuestro en 1976 de dos sacerdotes, Orlando Yorio y Francisco Jalics, que se reunió con el general Videla y con su segundo, el almirante Massera, y que lo hizo para clamar por la vida de ambos religiosos, quienes realizaban su labor pastoral en barrios marginales. “Hice lo que pude con la edad que tenía y las pocas relaciones con las que contaba, para abogar por personas secuestradas”, escribió entoncesTambién declararía en su día como testigo en la causa de Elena de la Cuadra, quien era hija de una de las fundadoras de las Abuelas de Plaza de Mayo y que desapareció cuando estaba embarazada. Fue la propia familia la que se comunicó por carta con el prelado para pedirle que intercediera por su vida. Y así mismo sería citado en Francia a raíz de una causa penal abierta por el secuestro y asesinato ocurrido a su vez en 1976, en la provincia argentina de La Rioja, del sacerdote Gabriel Longueville, un cura de origen francés. Pues bien, con todo ese historial en los tribunales, lo cierto es que la justicia jamás esgrimió cargo alguno contra el ahora Papa.

Pérez Esquivel ha recordado que fueron muchos los religiosos que en aquellos días de horror, entre los años 1976 y 1983, hicieron ‘silenciosas gestiones’ para liberar a infinidad de presos: “Hubo muchos sacerdotes y religiosas que fueron perseguidos, encarcelados y torturados. La persecución se daba en todos los sectores sociales. No sólo de religiosos sino también de laicos que participaban en las comunidades de base, en las parroquias, que también fueron secuestrados y desaparecidos, hasta el día de hoy”, ha manifestado a la BBC.

En un tremendo artículo que Pérez Esquivel publicó hace algunos años, exponía la terrible situación en la que se encontró tras ser detenido por la policía federal argentina durante la dictadura. Recordaba emocionado lo que para él significó sobrevivir a un ‘vuelo de la muerte’ desde la crueldad represiva que ejercían aquellos militares furibundos. El texto, que no tiene desperdicio, concluye con un canto a la esperanza: “No te olvides de sonreír a la vida, a pesar de todo, siempre sale el sol”. Yo creo a Pérez Esquivel cuando asegura tajante que “no hay ningún vínculo que relacione a Bergoglio con la dictadura”. Lo hice antes, cuando algunos se atrevieron a cuestionarlo, y lo hago ahora.