Benito Pérez Galdós.Correspondencia.Edición, introducción y notas de Alan E. Smith, María Ángeles Rodríguez Sánchez y Laurie Lomask.Cátedra. Biblioteca AVREA. Madrid, 2016.
Vuelan los días como nuestro pensamiento. Alma hermosa, cerebro lleno de delicadezas sutiles, corazón grande y siempre encendido en llama de amor, cuerpo precioso y rostro bello, conmigo estás siempre. Contigo estoy yo tal como tú con tu ardorosa imaginación me ves y me sientes. El amor es la vida, el amor ennoblece, el amor alegra. Sustrayendo de la vida el amor, podemos comprender el Infierno. Con él la gloria es comprensible. Tú y yo tenemos nuestra gloria en este mundo.
Mil millones de cariños de tu amantísimo B.
Así termina la carta que Galdós mandaba a Teodosia Gandarias el 6 de agosto de 1907. Es una de las muchas –263 en concreto- que Galdós envió a su amante, la destinataria del mayor número de las casi mil doscientas que se recogen en la magnífica e imprescindible edición de la correspondencia del novelista que acaba de publicar Cátedra en su Biblioteca AVREA con edición, introducción y notas de Alan E. Smith, María Ángeles Rodríguez Sánchez y Laurie Lomask.
A otras dos mujeres, a la actriz Concepción Morell, con la que tuvo también una larga relación sentimental, y a su hija María Pérez Galdós Cobián, dirigió también Galdós una gran cantidad de la correspondencia disponible del escritor, de la que se conserva llamativamente sólo una de las muchas que debió de dirigir a Emilia Pardo Bazán, como se deduce de las abundantísimas que se conservan de la novelista gallega expresándole sus ardores amorosos.
Quien contó tantas historias y tantas vidas no quiso contar la suya. Al contrario: se empeñó en ocultarla, y por eso hace pocas décadas todavía se echaba en falta el conocimiento de su epistolario en una edición como esta, que incorpora una lista de destinatarios y un diccionario-índice de nombres y títulos aludidos.
Hay una enorme variedad de asuntos reflejados en estas cartas que se mueven siempre entre lo público y lo privado: la amistad personal y la afinidad literaria con Clarín, al que dirigió casi setenta cartas -más del doble de las que escribió a Pereda-, cuestiones literarias e ideológicas, expresiones de amistad o efusiones sentimentales, el proceso creativo de sus novelas, los asuntos domésticos más triviales, la situación de España...
Y en casi todas ellas llama la atención la fuerza expresiva de la comunicación directa, casi oral, de estas cartas en las que la espontaneidad o la urgencia provocan descuidos disculpables, pero a cambio nos ofrecen una visión cercana del escritor, nos permiten conocer mejor su biografía y matizar algunas zonas de sombra que quedan iluminadas a la luz de estas cartas que permiten -como señalan los responsables de la edición- “un trato más estrecho con la historia de su vida y las historias de las vidas que él creó en su arte.”
Santos Domínguez